lunes, 22 de octubre de 2018

Viaje a la Montaña de las 3 Esferas


 Aeropuerto de Asturias

A las 9,00h aproximadamente del lunes 18 de Marzo de 2002, nos bajábamos del coche tras aparcar en el Aeropuerto de Asturias. Manu al volante, Ana M, Lola y yo, fuimos directamente a la cafetería y buscamos una mesa lo más cómoda posible. Tras pedir unos cafés, gastarnos unas bromas y preguntarnos si llevábamos los pasaportes en regla, euros y dólares sueltos para las propinas de los primeros días, hasta poder cambiar dinero en el país de destino, Manu comenzó a exponer el plan de viaje. La reunión prometía ...

Tres meses antes, y en una noche de sidra y copas, porque si no no se explica, Lola y yo decidimos encargar a nuestros amigos Ana M y Manu la organización de nuestro viaje de boda, incluida la elección del destino. Solo les pusimos cuatro condiciones: 1) que el coste del viaje no podía superar las 200.000 pts por cada uno, en euros unos 1.300€ como mucho. En aquellos años, no nos aclarábamos aún con la nueva moneda. Así que la cosa no era muy complicada: tenían que coger un compás y trazar un círculo en un mapa hasta donde llegase el dinero para un viaje de unos 15 días; 2) que en el viaje tenía que haber arquitectura, antigua o moderna y playas para unos dias al final; 3) que respecto a las familias y amistades llevarían el tema con secreto profesional para que no hubiera macutazos, y 4) que la salida sería dos días después de la boda, programada para el 16 de Marzo, para lo cual los llevarían al Aeropuerto de Asturias a la hora prevista, y allí nos dirían adonde nos mandaban de viaje, por si había que sacar ropa de las maletas antes de facturar a sabediós donde.



Bajo estas condiciones especulamos con todos los destinos posibles, pero en aquellos tiempos la circunferencia trazada por el compás, con mayores o menores deformaciones, incluía el norte de Europa, el de África, y un poco de Oriente Medio. O sea que las opciones del viaje se centraban principalmente en el Mediterráneo. Tampoco era mala idea... 

¿ Ropa de verano o ropa de invierno?
Manu 
- Bueno, ¿ya descansasteis del ajetreo de estos días? ... ¿estáis recuperados? Porque entre despedidas de solteros, la boda, las copas y "lo otro", estaréis para dormir todo el tiempo en el avión, jajaja... Nachín, dejarías el pabellón bien alto ¿no?, jajaja...
Nacho 
- Manu, estás siempre con la mente pensando en lo mismo ¿No te das cuenta de que ya somos muy mayores, y que vivimos en pecado desde hace varios años?. Déjate de rollos y vamos al grano. ¿Adonde coño nos vais a mandar?... Ana M dí algo, que estás muy callada, no te escaquees ... 
Ana M
- A mi no me digáis nada si no os gusta el viaje. Yo no me como solita este marrón. Todo lo planeó Manu desde la Agencia, con los catálogos de Politours, Iberojet, Catai... y venga llamadas a un sitio y a otro. Así que el culpable es él. Yo solo opiné al final...
Manu
- Dejadme disfrutar del momento, total no hay prisa. Como es un vuelo a Madrid, pero con enlace internacional, podemos facturar las maletas hasta una hora después que los demás del pasaje. Quiero veros las caras cuando saque el mapa de vuestro viaje, jaja... A ver ¿a qué país creéis que vais a ir?
Lola
- Venga Manu, que esto no da para más. No seas pesadito... saca ya los billetes del avión, dinos de una vez adonde vamos, y si tenemos que llevar ropa de verano o de invierno, por si tenemos que sacar ropa de las maletas antes de facturar.
Manu
- Pues vamos allá... dejadme que despliegue el mapa
Nacho
- Ostras... ¡¡¡ Eso son los Países Escandinavos...!!!
Manu
- A las 12.00 avión Asturias - Madrid y por la tarde vuelo Madrid - Helsinki. Llegaréis allí a las 2.00AM. Haréis un recorrido viendo los Mil Lagos, Karelia, la arquitectura de Alvar Aalto, a que te gusta ¿eh Nachín...?, Rovaniemi, la fábrica de juguetes de Santa Klaus en Laponia... Cruzaréis el Circulo Polar a un sitio con un hotel de hielo, y remataremos con 3 días en Helsinki, y otros 3 días en la famosa playa nudista de Hietaniemi que está cerca, y tiene un ambiente de copas deladediós. Los nórdicos son unos borrachucos, ya sabéis... con el frío que hace...
Nacho
- ¡¡¡ ¿FINLANDIA? !!!...Pero bueno Manu, estamos a mediados de Marzo, ¡¡¡ ¿y nos mandáis al Círculo Polar, con el frío que hace allí? !!! No me jodas !!! ¿ os habéis vuelto locos?... ¡¡¡ El viaje está bien, pero para otro mes. Francamente, me imaginaba otra cosa. Lo de la playa esa será una broma ¿no?...¿Ves Lola? Como para fiarse de los amigos...
Lola
- ¿Y qué hacemos con las alpargatas, camisetas de verano, pantalones cortos, bañadores...? Hay que sacarlo todo de las maletas, y comprar ropa de invierno. Los polos que llevamos no sirven, y no tenemos plumíferos, ni gorros de lana para el frío, eso habrá que comprarlo allí. Nos metéis en un lío ... Nunca me imaginé un viaje de novios al Circulo Polar y, encima con las maletas llenas de ropa de verano...
Ana M
- Manu, no seas cabrón...para ya, y dales el viaje de verdad, que se están mosqueando. Lolina es más discreta, pero mira la cara de mala hostia que tiene Nacho, está a punto de insultarnos y le va a sentar mal el desayuno ...
Manu
- Bah ...¿Ahora que me empezaba a divertir...? Cómo sois... Bueno, pongámonos serios... Dejadme sacar los billetes de los aviones, que la cosa tiene tela... a ver... si, es esto... Asturias - Madrid, Madrid - Amsterdam... intriga ¿verdad?. Ya veo que vais cambiando de cara ... ¿te das cuenta Ana M?. En Amsterdam cogéis un avión de Garuda Indonesia Airlines y voláis a Singapur. Jaja... qué misterio... luego Singapur - Yakarta, y  finalmente Yakarta - Yogyakarta. Ana M haz un redoble de tambores ...¡¡¡ Vais a Java, Indonesia y de cabeza al Borobudur... !!! Mira que cara se le puso a Nachín...¡¡¡ Jajaja ...
Entre vuelos, tiempos de espera en tránsito y retrasos razonables, llegaréis allí en día y medio. Aunque de Singapur en adelante nadie garantiza los horarios. Haréis un tour de una semana por Java, y luego rematamos con otra semana en el hotelazo Meliá Bali, en las playas de Nusa Dua, en el sureste de Bali... ten cuidado Nachín, que allí están los surfers esos de coleta, maromos rubios, tan guapos... Por cierto, el primer día os agasajarán con una enorme tarta de bienvenida. Ya saben que sois veteranos recién casados, jaja... No tenéis que sacar nada de las maletas y facturaremos desde aquí, directo a Yogyakarta. Otra cosa es que lleguen las maletas, porque con tantos vuelos, lo normal es que se pierdan, jaja... Nos hemos salido un poco del círculo que trazasteis, pero es porque tenéis unos familiares y amigos muy generosos. Otra cosa importante: iréis en "Business Class" en el vuelo ida y vuelta Amsterdam/ Singapur/Amsterdam, que son unas 13 horas cada uno, y en un superpepino de avión de la Garuda Indonesia Airlines. La mejor compañía que hay según las encuestas. ¿Viste qué cara de felicidad se les ha puesto, Ana M?...
Ana M
- Bah... yo ya sabía que con el Borobudur acertaríamos. Nacho nunca calló diciendo que tenía ganas de verlo, pero como está tan lejos... pues pasado mañana a estas horas estaréis subiendo por sus escaleras. Bueno chicos ¿qué os parece el viaje? ...
Nacho
- Me he quedado sin palabras, Ana M. Y además, ahora entiendo la broma de Manu con Finlandia... yo hubiera sido más cabrón, jaja ... Un caramelo gusta más cuando más lejos está de la boca. Este viaje a Indonesia me parece increíble... es acojonante, y tardaré horas en asimilarlo. Gracias Ana M, gracias Manu, y perdona por haber dudado de ti, pero me lo creí. Estoy emocionado y se me van a saltar las lágrimas. Dejarme que os dé un abrazo...Venga vamos a facturar las maletas. Quiero tener las tarjetas de embarque cuanto antes para creérmelo. La chica del mostrador de Iberia va a flipar con tantos vuelos, jaja...
Lola
- Pues yo también piqué con lo de Finlandia, y viendo la cara de Nacho... creí que iba a saltar. Aunque el otro viaje es también muy bueno, pero no es el país que yo elegiría... vaya susto. Pero conociendo a Ana M me extrañaba. Me hace mucha ilusión conocer Indonesia y Bali. Es el mejor viaje posible, y lo de ir en "Business Class" es una pasada. Así todo, menos mal que llevamos varios días poniéndonos inyecciones de Clexane por si acaso eran viajes largos...estoy encantada y os doy un millón de gracias.
Manu
- Bueno, pasemos a los temas prácticos. Viajáis con Iberojet, aquí tenéis la documentación del viaje, los teléfonos de consulados, embajadas, y también del receptivo de Indonesia, los billetes electrónicos con los vuelos y horarios, seguros, consejos básicos para Indonesia, etiquetas para las maletas, una mochila de regalo para cada uno, etc. También una Guía DeVoss de Indonesia, que os dará tiempo a leer en el avión. Es la mejor que hay y viene en español. No tiene demasiadas fotos pero sí mucha información ¿se me olvida algo?... Ahora iremos a facturar todo. Guardar bien las tarjetas de embarque y los dineros ¿lleváis billetes de 1$ dolar para las propinas? No les deis propinas en euros que no quieren monedas. Y no os preocupéis, que en el Aeropuerto de Jogyakarta, os estarán esperando a la hora que sea. Venga, vamos a facturar, y luego os quedaréis solitos, porque Ana M y yo volvemos para Oviedo ...
Ana M
- Eso... y aunque sea muy pronto, os da tiempo de sobra a tomar un par de vermutillos en la cafetería, hasta las doce que embarcáis. Así calmáis el estrés del susto, vais asimilando y conociendo el viaje y esas cosas, y subís "colocadinos" al avión, que la ocasión lo merece. No todos los días va uno a Finlandia, perdón a Indonesia, jajaja.. ¡¡ Ahh !!... se me olvidaba: aquí tenéis una carta firmada por los "colaboradores" del viaje con los mejores deseos, besitos y abrazos, y algún encargo para compras en Bali...por cierto, todos vuestros amigos conocen este viaje desde hace tiempo. Manu es un cotilla y se lo ha contado a todos.

Aeropuerto Internacional de Amsterdam-Schiphol
Estuvimos unas tres horas en las Salas de Tránsito, en el Aeropuerto de Amsterdam-Schiphol. Como habíamos facturado todo en Asturias, hasta destino, íbamos ligeros de equipaje y nos dio tiempo a ver la documentación del viaje, por lo que ya conocíamos el recorrido de memoria, y lo que íbamos a ver. Nuestros amigos habían hecho un gran trabajo, y no hubiéramos imaginado jamás un viaje tan ambicioso.

Era de noche cuando nos llamaron a embarcar destino Singapur. Cuando salimos del autobús a la pista de aterrizaje, nos encontramos con un pasillo de bienvenida del personal de Garuda Indonesia, que nos dejó con la boca abierta. Nunca había visto nada parecido... 



Esta foto es de Google, pero la realidad es que el avión era un Boeing 747 de última generación, un impresionante "Jumbo" de dos pisos y cuatro motores. Las azafatas no iban vestidas así, sino con el uniforme de gala indonesio. Un colorista y elegante conjunto de seda, que sigue el patrón tipológico del vestuario oficial del texto sagrado del "Ramayana", como pudimos comprobar las veces que vimos el espectáculo de danza y teatro. 

El trato y la comodidad de "Bussiness Class" en Garuda Indonesia Airlines, no se pueden ni imaginar: aparte de la amabilidad de las bellísimas azafatas, champagne, cocina especial y de calidad excepcional, cubiertos de acero inoxidable, tarta de postre, en fin ... pudimos dormir algo más de seis horas completamente estirados, con pijama y sábanas de lino, hasta el exquisito desayuno. Y de esta manera, como reyes, las 13 horas de duración del vuelo las llevamos con máxima comodidad.



Y Garuda, el águila gigante, el mítico Pájaro Volador del Hinduísmo y el Budismo, símbolo de Indonesia, voló firme y derecho hasta Singapur, sin vibraciones ni temblores. Yo observaba el nivel del líquido en las copas de las bebidas que nos iban ofreciendo, y ni se movía... ¡¡¡ Que diferencia...¡¡¡ toda la vida viajando en clase turista, apretados, sin poder estirar las piernas... aquello era otra cosa. El aterrizaje en Singapur fue impecable, silencioso, suave, apenas nos enteramos... A partir de 5/6 horas de vuelo la diferencia se hace evidente, y con el tiempo comprobamos que ir en "Bussiness Class" había sido nuestro mejor regalo. No obstante, y en vuelos tan largos, resulta excesivamente caro, por lo que las veces que hemos regresado a otros países del sudeste asiático ha sido en clase turista, y claro, hemos llegado como piltrafas humanas.

No sabría decir cuantas horas pasaron hasta llegar al Aeropuerto Local de Yogyakarta, pero era también de noche. Hay que contar con una diferencia horaria de 6.00 h. Estuvimos varias horas en el espléndido Aeropuerto Internacional de Singapur. Una joya de diseño moderno con un peligrosísimo "shopping", en su zona comercial, del que convenía pasar en la ida, otra cosa sería en la vuelta... y finalmente unas 3 horas más en el Aeropuerto Internacional de Yakarta, para coger el vuelo doméstico hasta el destino. O sea, una paliza.

Por cosas del destino, del bueno claro, nuestras maletas salieron entre las primeras. Estaban preciosas: con un montón de etiquetas, pegatinas y algún rayón. Y al salir al espartano y desvencijado hall del hangar, allí estaba un sonriente guía indonesio, en camisa blanca de manga corta, con un cartel de Iberojet, con nuestros nombres.

- Welcome to Indonesia Mr. and Mrs. Martínez
No sé porqué, en los viajes a sitios raros, nos llaman por el primer apellido de Lola. Debe de ser más fácil de pronunciar que el mío, por ser quizás más difícil de escribir y pronunciar, según qué idioma. No me importa, pero me hace gracia porque nos ha pasado más veces.
- My name is Budi, and now we will go to see the Ramayana show. Hindu Holy book.

Le pregunté a Lola en voz baja
- ¿Qué ha dicho, que no iba atento y no me he enterado?
- Que se llama Budi, y que nos lleva a ver el show del Ramayana, su Libro Sagrado.
-¿Y no nos lleva al hotel? Yo estoy que me caigo. Necesito ir al servicio, pegarme una ducha de las de homenaje, cenar caliente y a dormir en cama blanda. Cuenta con que mañana nos hará madrugar para ir al Borobudur. Pregúntale cuanto dura el Ramayana.
- Budi ¿How long is the Ramayana Show?

Con una sonrisa en la boca, y las manos juntas en el pecho, Budi nos miró por encima de sus gafas y nos contestó con voz aguda, y moviendo la cabeza de arriba abajo afirmando:
- The short version that we will see now last just over two hours. It is very beautiful. They will like it very much.
- ¡¡¡ O sea, que dura algo más de dos horas...¡¡¡ Menudo coñazo...¡¡¡ No lo resistiré Lola. Me dormiré seguro... ¿Y encima dice que es la versión corta...?
- Very interesting Budi. And then we´ll go to the hotel for dinner and sleep?

Lola, tan diplomática, después de halagar la iniciativa, le preguntó si luego nos llevaría a cenar al hotel y a dormir, como insinuando que estábamos hechos polvo del viaje.
- We will take you to dinner at a traditional Indonesian cuisine restaurant.
- ¿Que nos lleva luego a cenar nosequé a un sitio de cocina tradicional?
- Calla Nacho que te está oyendo...¡¡¡ Estamos de vacaciones gratis en Indonesia, que es lo importante, relájate y deja de protestar...¡¡¡



Pese a su indudable belleza plástica, el Ramayana casi acaba conmigo... Menos mal que lo volvimos a ver en Bali, en condiciones más favorables para mi. Lola me tuvo que dar numerosos codazos, porque mis ronquidos comenzaban a ser sonoros, y me tenía agarrado el polo por la parte de la nuca, porque mi cabeza iba sin control y como un "peso muerto" hacia adelante y hacia atrás, con los ojos cerrados y la boca abierta, roncando y profundamente dormido. Pareciera que no tuviera vértebras cervicales en el cuello. 

Recuerdo en algún momento de consciencia, le preguntaba a Lola si ya había salido Hánuman, el mono blanco venerado por los hindúes, y que es un avatar del dios Shiva. Y siempre sale en la batalla final del Ramayana, cuando el show está próximo a acabar.
- ¿Salio ya Hánuman, el mono blanco?...¿Queda mucho para que salga el mono blanco?...

Budi, el guía, me miraba casi con desprecio. Para él tenía que ser un insulto que roncara con el Ramayana, pero estaba claro que no entendía el significado de mis ronquidos...

Recuerdos del Borobudur

Es cierto... siempre había soñado con ver el Borobudur
En la cabeza tenía la imagen de Buda sentado con las piernas cruzadas, contra un paisaje de selva ... y aquel día estábamos apenas a una hora de distancia y 40 km. Supongo que con los 16 años transcurridos, el país se habrá modernizado en su vida rural y las carreteras habrán mejorado mucho...


Buda en las plataformas Rupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)

... Pero en aquellos años la carretera era estrecha y casi sin cunetas, infestada con pequeñas casas y corrales a ambos lados unidos por una indescriptible y caótica red de cables de la luz, gente andando o en bicicleta por mitad de la carretera, o cruzando sin mirar, nubes de cochambrosas motos esquivándolo todo, y animales atravesados en el medio del roto asfalto, o cruzando sin parar ni a mirar, gallinas, vacas... A mayores la carretera solía estar ocupada hasta la mitad, tanto a derecha como izquierda, por grandes telas llenas de arroz que los indonesios extendían para secar al sol. Pero nadie protestaba, ni se insultaban, ni tocaban el claxon, al contrario, la gente mostraba siempre tranquilidad y la mejor sonrisa. 

Detrás de las casas había pequeños tendejones a cubierto, para aperos, gallineros y ganado, pues en Indonesia llueve todos los días a cántaros, a la misma hora y durante una hora aproximadamente, y luego se seca todo a toda velocidad. Detrás de las casas estaban las enormes extensiones de campos de arroz, inundados de agua, donde se veían pequeños grupos de campesinos, con sus típicos sombreros cónicos de bambú o Nón Lá, zonas anegadas, y ríos hasta los bosques al pie de las montañas de Java Central. Un paisaje fascinante, un cuadro típico del sudeste asiático. 

El tráfico era un caos, no había carriles ni líneas de división pintadas. A mediodía en hora punta, por llamarlo de alguna manera, había constantes atascos, paradas, y se avanzaba a muy poca velocidad. La experiencia era muy divertida aunque agobiante, pues eran carreteras rectas. La perspectiva de ver kilómetros de este caos solía desmoralizar al occidental no acostumbrado a este tipo de tráfico ni de vida, pero a mi me encantó. En Indonesia era inútil tener prisa, y las carreteras eran iguales en toda la isla de Java, tanto en el interior como en la costa. Sucedía lo mismo en Bali. Las carreteras eran auténticas arterias vitales, en el más amplio sentido de la expresión. En este contexto tan caótico, pero inherente a su cultura urbana y agrícola, destacaba de manera sorprendente el gigantesco y grandioso Borobudur, una de las Maravillas supervivientes del Mundo Antiguo, según las actuales listas. 

A la vuelta del viaje, compramos el mejor libro que hay sobre el monumento, en castellano, con extraordinarias fotos, tanto generales como de detalle y con planos desplegables. Una joya de Moleiro Ediciones, como suele ser habitual.

Libro del Borobudur (Foto: Nacho SM)

Recuerdo que tuvimos que madrugar mucho para ponernos rápidamente en camino y evitar en lo posible el caos de la carretera, que así todo estaba en pleno apogeo, sobre todo por las bicicletas de los escolares. Hacía mucho calor... Yo iba un poco nervioso y tratando de no perder detalle de todo lo que veíamos a ambos lados, y de vez en cuando miraba a lo lejos por si se veía la silueta del Borobudur. El primer contacto con Indonesia es inolvidable y muy estimulante. Te llena de adrenalina. Es un mundo muy diferente al nuestro...

Finalmente comenzamos a visualizar la mole del monumento. No escribiré aquí mis expresiones de asombro por ser altisonantes, pero la primera perspectiva me dejó boquiabierto ... Tras dar una gran vuelta a lo que es la parcela del área monumental, y perder de vista el edificio por quedar oculto tras las arboledas, el chófer aparcó en una cuidada zona ajardinada a la que entramos tras pasar un control de seguridad. Habían llegado ya varios autocares y se veía gente por las escaleras y terrazas. Bajamos del coche y, caminando, tomamos un sendero tras Budi, el guía, el cual nos recomendó que llevásemos solo lo imprescindible: cámara de fotos y mochila lo más vacía posible. No hacía falta llevar ni documentación ni pasaportes, pues en Indonesia no existe el robo y en el coche podíamos dejar todo con absoluta seguridad.


Vista aérea del Borobudur. El Monte Bromo al fondo. (Fuente: Lonely Planet)

La visita comenzaba a las 6.00h con el amanecer, pues el calor y la humedad a media mañana, coincidirían más o menos estando en la estupa superior. Viendo el calor que hacía a las 8.00h y los tenderetes de venta de agua, nos imaginábamos que el calor arriba sería de cuidado. Es lo normal en estos países y había que acostumbrarse. Seguro que a mitad de monumento, tras recorrer las terrazas y subir las escaleras con aquella pendiente, la sudada nos obligaría a buscar sombras para sentarnos, y beber agua fresca que, como nos indicó Budi, vendían por todo el Borobudur.

La primera sensación fue muy grata. El contraste entre el caos vivido en la carretera y lo cuidados que estaban los jardines del Borobudur, daba la sensación de estar en otro país. Por otro lado el silencio reinante y el olor a jardín limpio recién regado, y tantas flores cuidadosamente plantadas, producían un agradable confort. Nunca me hubiera imaginado una sensación así, de limpieza, de pureza ...

Accesos al Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Por experiencia en otras grandes construcciones de la antigüedad, siempre pensamos que vamos a encontrarnos con un monumento grandioso y un poco destartalado, en un entorno donde las casuchas han crecido amontonándose a su alrededor como parásitos, sobresaliendo la gran mole milenaria, en abrumador contraste. Parece que el misterio del Borobudur pide algo así ... o a mí me lo pedía. Pues no es así, es grandioso, está exento, rodeado de cuidados jardines y en muy buen estado aparente.


Accesos al Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Pero el misterio real era estar allí, caminando hacia las escaleras de la subida y sudando ya a las 8,15h. Es un misterio del pasado, un enorme rompecabezas del que poco se sabe. Pero es el templo budista más grande del mundo.Tan grande como mítico es su nombre Vihara Buddha Ur, el "Templo Budista de la Montaña". Es tan grande que su volumen solo se domina desde los jardines de la parte posterior, y desde lejos donde hay más perspectiva. Pero cuando estás allí, caminando, en lo único que piensas, es en buscar las zonas de sombra. Caminando hacia la escalera, el edificio se hace tan grande que ya no lo percibes, si no que lo sientes. Como diría Borges en su viaje a Sicilia, lo ves con los ojos del alma.

La boda, el aeropuerto de Asturias, los vuelos interminables y las horas de espera en los aeropuertos, en los distintos aviones hasta llegar aquí... parecía que habían quedado nosécuantos días atrás. Con el cambio de horario y el jet lag, había perdido la noción del tiempo y no sabía en qué día estábamos. El futuro quedaba reducido a aquella escalera, y la meta era la cima del Borobudur, mi templo budista soñado.


Accesos al Borobudur. (Foto: Nacho SM)

El calor aprieta pronto en Indonesia, y la humedad es tan alta, que en poco tiempo estás empapado de sudor. Y claro, tenía la cara que no la podía ni tocar, por el sudor mezclado con la crema de protección solar. Pero una cosa es imaginarlo antes, y otra muy distinta es sentirlo allí, desde los primeros peldaños, en que notas que te sobra todo y empiezas a resoplar, sobre todo si eres fumador como yo... Con razón decía el guía que lleváramos encima el mínimo peso posible. Pero nadie dijo que subir al Borobudur sería fácil ...


Subida al Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Subida al Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Antes de comenzar la subida, Budi hace una parada para explicarnos que la región está llena de selvas, arrozales y volcanes activos. El origen del Borobudur no está claro, pero el inicio de su construcción oscila entre los s.VIII y s.IX, y por las inscripciones halladas en los recientes trabajos arqueológicos, se estima que su construcción duró entre 70/80 años. Se sabe que en el año 1006 hubo una gran erupción, y todo quedó cubierto de ceniza y rocas volcánicas, por lo que la población superviviente tuvo que abandonar la región, con la agricultura y ganadería arruinadas. Hay que añadir 4 terremotos a su historia, y el definitivo abandono del monumento en el s.XV con la conversión de los isleños al Islam, y el ocaso del Budismo y el Hinduismo. 

El Borobudur fue progresivamente olvidado, aunque permanecía en las leyendas de la memoria popular como la Montaña de Buda. Invadido por toneladas de tierra y ceniza volcánica era en el s.XIX una montaña de árboles y maleza, habitado únicamente por animales. Los aldeanos evitaban pasar por allí por ser un cerro embrujado, misterioso, donde vivían genios del suelo, y asomaban entre la maleza enigmáticas cabezas que asustaban a los aldeanos.

Pero en 1814, fue redescubierto e identificado por Thomas Stamford Raffles, Gobernador Británico de Java. Despejar de tierras el monumento llevó varios años, y desde entonces no han parado sus restauraciones. Con la Independencia de Indonesia, la recuperación del Borobudur se convirtió en una prioridad nacional, y la restauración más importante, que incluyó su consolidación estructural con métodos modernos, fue la desarrollada entre 1975 y 1982, que concluyó con la Declaración de Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1991. El Borobudur es utilizado como lugar de peregrinacion del budismo, que conmemora en la luna llena de Junio, el nacimiento y muerte a los 80 años, hace 2.500 años, y la iluminación o conversión de Siddhartha Gautama en Buda. Hoy es la principal atracción turística de Indonesia, con un equipamiento museístico y website del Parque Arqueológico.


Borobudur. (Foto: Nacho SM)

El Borobudur está construido como una gigantesca estupa, cuya base es un cuadrado de 123 mt de lado, rodeada de un muro zócalo de 4 mt de altura. La  complejidad del diseño indica que, más que un templo es un lugar sagrado que representa un camino de iniciación. El visitante asciende por la escalera de la cara Este, y recorre el perímetro por los corredores exteriores entre las distintas plataformas en el sentido horario, es decir, dejando siempre a la derecha el centro del monumento. La lectura y comprensión de los relieves sigue este patrón direccional. Cuando acaba una plataforma sube a la siguiente. Cada una de ellas presenta en sus relieves el significado de los ciclos evolutivos de las sucesivas reencarnaciones. La escalera ascendente está jalonada con símbolos sagrados, basados en la cosmogonía budista, siguiendo la forma de un Mandala tridimensional.

Recordemos que un Mandala es un símbolo gráfico budista e hinduista, que representa la evolución del cosmos, desde su forma geométrica básica: el cuadrado, hasta perfeccionar en la forma circular, y acabar en el punto central, que significa la iluminación perfecta, la conversión de Sidharta en Buda Victorioso, un ser totalmente iluminado y despierto, tras estar sentado en meditación, desde el plenilunio del cuarto mes, bajo el árbol Bodhi, resistiendo todas las tentaciones.

Planta y sección del Borobudur. (Fuente: Gunawan Kartapranata)

El templo consta de 9 plataformas escalonadas, 6 cuadradas y 3 circulares, coronadas por una estupa central, en forma acampanada.Tiene un total de 2.672 paneles con relieves, y 504 estatuas de Buda. En vertical podemos apreciar una división en tres partes: base, centro y cima. La base tiene una primera terraza de 7 mt de ancho, que rodea toda la estructura. Fue construida posteriormente, como demuestra el hecho de haber tapado los primeros relieves de la base (ver base escondida en la sección superior). Por tanto, su función es puramente estructural y de contención. Como un anillo, produce un empuje pasivo, que contrarresta las fuerzas de deslizamiento, a la que tiende la estructura principal

A continuación tenemos el cuerpo central dividido en 5 plataformas que se van retranqueando en altura, creando corredores en fachada, de 2 mt de ancho, repletos de relieves. Recorrerlos al completo, viéndolo todo, lleva varias horas y supone un importante desgaste físico por las condiciones reinantes de calor y humedad.

Subida a la Primera Plataforma del Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Ascensión al Borobudur. (Foto: Nacho SM)

La subida principal o eje ascensional está en la orientación Este, la cara soleada de la mañana, y da acceso a los corredores exteriores, en cuyos muros están tallados los principales relieves que narran la historia de la cosmogonía budista y su significado, a través de la vida de Buda. Se inicia con la presentación de las Divinidades en un friso continuo que rodea el monumento.


Friso de las Divinidades en la base del Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Friso de las Divinidades en la base del Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Friso de las Divinidades en la base del Borobudur. (Foto: Nacho SM)

La división vertical del Borobudur en 3 partes, obedece a la concepción del Universo en la cosmogonía budista, y de la vida a través de las reencarnaciones, como 3 esferas superpuestas: Kamadhatu (representado por la base), Rupadhatu (representado por las 5 terrazas cuadradas), y Arupadhatu (representado por las 3 plataformas circulares y la estupa grande central), que representan respectivamente la "esfera de los deseos", donde vivimos unidos a nuestros deseos; la "esfera de las formas" donde abandonamos nuestros deseos pero todavía estamos obligados a nombrar las cosas y relacionarlas con su forma y el camino obliga a recorrer los distintos estados del ser, elevándose en cada peldaño; y la "esfera de la falta de forma", donde ya no hay ni forma ni nombre, solo vacío y conocimiento, donde nos liberamos de los ciclos de reencarnación, alcanzando el Nirvana.

La Esfera de las Formas
Plataformas centrales del Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Plataformas centrales del Borobudur. (Foto: Nacho SM)

El Borobudur tiene estatuas de Buda sentado con las piernas cruzadas en posición de flor de loto, y distribuidas en las 5 plataformas cuadradas (nivel Rupadhatu) y en las plataformas superiores (nivel Arupadhatu). Las del primer nivel están ubicadas en nichos abiertos bajo arcos de forma asociada al medio punto, que en su clave de arco están coronados por el monstruo mítico de la cosmogonía hindú Kâla, ordenadas en filas en la fachada exterior de los balaustres. A medida que se asciende, las plataformas van disminuyendo de altura, al igual que disminuye el número de estatuas en cada una. De esta manera, en la primera plataforma hay 104 nichos, en la segunda 104, en la tercera 88, en la cuarta 72 y en la quinta 66 nichos u hornacinas.  
Un total de 432 estatuas de Buda en el nivel Rupadhatu.


Buda en los nichos centrales del Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Paisaje en la Primera Plataforma del Borobudur. (Foto: Nacho SM)

La relación entre el Borobudur y las montañas que lo rodean, es evidente y forma parte del misterio de su construcción. ¿Cómo se pudo levantar un monumento semejante, en un territorio tan inestable geológicamente? El Borobudur está situado en el centro de la isla de Java, y en el centro de gran valle, o circo natural de forma circular, rodeado de montañas y volcanes. Es un centro cosmogónico, donde las energías de la tierra fluyen hacia el Universo, a través de su cima como un eje que une la tierra y el cielo: la gran estupa central acampanada de Arupadhatu, es éste eje y representa la Iluminación de Buda. El eje en el centro del círculo, en el centro del cuadrado.


Corredores en las plataformas centrales del Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Corredores en las plataformas centrales del Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Dadas las característica mecánicas de la piedra del monumento, una roca ígnea volcánica de grano fino resultado de la fusión del magma con las rocas de superficie, llamada andesita, tiene un alto coeficiente de absorción de calor, ante los gradientes diferenciales de día/noche, y de dilatación, sobre todo cuando el sol y la humedad del día inciden sobre sus superficies soleadas Este y Sur. Esta circunstancia obliga a que los equipos de mantenimiento estén regando continuamente todos sus paramentos: suelos, balaustres, relieves ... que se secan casi automáticamente. Además de las numerosas gárgolas existentes, uno de los trabajos más importantes en el proceso de restauración arquitectónica fue dotar al monumento de una red oculta de drenaje pluvial. En Indonesia, en la estación de los monzones, llueve torrencialmente todos los días durante una hora aproximadamente, normalmente antes del anochecer. La lluvia lo deja todo perdido, pero al cabo de una hora, vuelve a estar todo seco.


Relieves en la primera plataforma de Rupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Budi, el guía, va explicando el contenido cosmogónico del panel del "Bodhisattva en el Cielo de los Perfectos", de la cara Este, y luego nos da un tiempo para poder rodear el conjunto, recorriendo cada corredor, y poder hacer fotos. Conoce de memoria cada panel y su significado. También sabe que las explicaciones son prolijas y nuestra mentalidad occidental pragmática y materialista, se conforma con los conceptos básicos. 

Pero yo notaba que ni me miraba ... Tras la "afrenta" de mis ronquidos de la noche anterior en el Ramayana Show, que él se tomó como un insulto a su cultura, mi prestigio estaba bajo mínimos. Esto me daba una cierta ventaja, y libertad de movimientos, pero nunca caí en la falta de respeto mientras hablaba. En cualquier caso, Budi hablaba una mezcla de inglés, indonesio y español que me resultaba incomprensible, y mucho más si nos contaba la vida de Buda en su ascenso hacia la Iluminación. Yo le decía a todo "Yes..." para ver si acababa y nos movíamos algo, pero él lo entendía al revés y seguía disertando.


Relieves en las plataformas centrales de Rupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Relieves en las plataformas centrales de Rupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Relieves en las plataformas centrales de Rupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Pero, a mi me gustaban sobre todo los relieves de los Bhodisattva, bajo esos palios tan ornamentados, rodeados de aprendices, cortesanos o aduladores. Los demás relieves con escenas variopintas ni las entendía, ni me interesaban demasiado. Además no era cuestión de preguntarle a Budi qué había que hacer para ser un Bhodisattva, porque le sentaría mal.


Relieves en las plataformas centrales de Rupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Pese a la dureza de la andesita, una roca con alto contenido en feldespato, y de la familia de los basaltos y los pórfidos, muestran una erosión debida principalmente a que estuvo enterrado y cubierto por la vegetación hasta hace 100 años, sometido a permanentes aguas de filtración, sin tiempo para procesos de secado, y a la cristalización o carbonatación superficial, propia de su entorno agresivo, debido a la humedad. No he observado agresión significativa de micro organismos en ninguna parte del monumento, no obstante los necesarios trabajos de conservación y restauración son permanentes, lo que garantiza su mejora y continuidad.

La Esfera de la Falta de Forma
Puerta de entrada a Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Puerta de entrada a Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)

Finalmente, en las 3 plataformas circulares concéntricas superiores, del nivel Arupadharu o cima, hay un total de 72 pequeñas estupas, repartidas y rodeando la central más grande, que marca la altura máxima de la construcción en 35 mt respecto al acceso. Cada una de ellas tiene forma acampanada. En la primera plataforma, de 32 estupas, están perforadas según una trama de agujeros romboidales al tres-bolillo. En la segunda hay 24 estupas, también con perforaciones romboidales, y en la tercera, formada por 16 estupas, la red es de agujeros cuadrados. En el interior de cada una hay una estatua de Buda en oración, sentado con las piernas cruzadas y en la posición de flor de loto, que es visible desde el exterior en las dos primeras, mientras que en la tercera cuesta más ver su interior, la forma va desapareciendo a medida que ascendemos. El acceso a las plataformas circulares de la cima es por las escaleras situadas en los ejes de las cuatro orientaciones, y sus puertas están protegidas por 32 estatuas de leones y monstruos Kâla, desprovistos de mandíbula inferior, para dar la impresión de que entramos a esta esfera a través de su boca.


Nivel Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Nivel Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Nivel Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Nivel Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)

La estupa central tiene una forma geométrica peculiar. Sobre una base de relieves dobles de flor de loto, se levanta un cilindro de 5 mt de altura, coronado por un friso de relieves como único motivo ornamental de la estupa. Sobre éste apoya una cúpula rebajada, coronada por un prisma cuadrado de 4,50 mt de lado, y 1 mt de altura. La aguja de remate es una pirámide truncada de base octogonal, de 4 mt de diámetro inscrito, y otros 4 mt de altura. No hay constancia de ninguna estatua de Buda, que haya estado alguna vez en su interior, más bien que el vacío, la vacuidad, es la máxima expresión del mundo de los "sin forma" del nivel Arupadhatu.


Nivel Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)
Buda en nivel Arupadhatu. Borobudur. (Foto: Nacho SM)

De las 504 estatuas de Buda del Borobudur, cerca de 300 están mutiladas (principalmente decapitadas, víctimas del expolio y comercio de obras de arte, y que están, muchas de ellas en los museos occidentales) y 43 están perdidas. No obstante, y a pie de monumento, hay una ingente colección de restos, incluidas cabezas, perfectamente clasificados y a la espera de su recolocación. Un proceso que hoy, tras los 16 años transcurridos, habrá progresado dando trabajo a nuevas generaciones de historiadores y arqueólogos.
"Cuando te das cuenta de lo perfecto que es todo, inclinarás la cabeza hacia atrás y te reirás del cielo" (Buda Siddharta Gautama)

No se nos ocurre pensarlo cuando estamos allí, pero hay que imaginarse cómo era recién terminada su construcción. Es una reflexión que me gusta hacer. En este caso, el Borobudur está en el centro del llamado "Jardín de Java", un lugar idílico, legendario y cargado de un simbolismo que los occidentales no entendemos. Antiguamente era una gran laguna rodeada de montañas, y el monumento estaba situado en el centro, como una grandiosa construcción flotante. De ese entorno no queda nada. Solo selva espesa y campos de arroz hasta que se pierde la vista.

Sus paramentos, relieves, esculturas y cúpulas estaban cubiertos de un tipo de capa de imprimación, sobre la que los artistas aplicaron ricos y variados colores, en función de su significado cosmogónico, al igual que sucede en los templos del Sur de la India. Un paraíso multicolor al que hay que añadir pinturas de oro y blancos puros de las estupas perforadas de la cima, y sobre todo de la gran estupa central, que podría estar pintada de blanco y oro, siguiendo los modelos tipológicos de las grandes estupas de la India, Nepal o Myanmar, que lo harían reluciente en la gran laguna. 

Cuesta imaginarlo y admitirlo porque supone demasiado contraste ... pero los siglos, las destrucciones y el abandono han borrado por completo su primitivo esplendor.


Borobudur. (Foto: Gunawan Kartapranata)
La procesión de peregrinos y monjes va llegando hasta la estupa gigante de la cima, al caer la noche. Un largo desfile de fieles budistas venidos de todas las partes del mundo, celebran la fiesta de la Luna llena de Junio, cuando Buda nació, murió y alcanzó la Iluminación. De noche cerrada recorren cantando las terrazas de las plataformas de las tres esferas de la perfección, bajo la luz de las velas y la lluvia de pétalos de rosas hasta llegar a la cima del Borobudur, el eje cósmico de la evolución espiritual humana, el faro que nos relaciona con el Universo, la puerta que nos abre la dimensión del Nirvana, revelándonos el secreto de una existencia despegada de lo material, de un mundo sin formas.

Fiesta anual de Buda. (Fuente: Borobudurpark.com)

Epílogo

Tenía que haber publicado este reportaje en Marzo, haciéndolo coincidir con el aniversario de aquel día en el Aeropuerto de Asturias, pero por distintas razones: de salud, de trabajo, estudios, etc, no ha sido posible hasta ahora. Quería montar un reportaje sobre el Borobudur, acorde a la importancia del lugar, pero sobre todo del recuerdo personal, y sin renunciar al escaso material disponible. En efecto de todas las diapositivas que tengo, y por razones que desconozco, ni salieron como yo esperaba ni han mejorado en el paso a foto digital. Eran tiempos en que aún no había internet ni cámaras digitales, o estaban empezando. Han pasado más de 16 años de este viaje, y ordenando fotos, libros, revistas, publicaciones de Indonesia, etc, también he ordenado los recuerdos, que he revivido como si todo hubiera sido ayer. Es lo bueno de tener un blog, que los trabajos son tan personales que tienen más utilidad para el autor que para el lector ... Durante los días siguientes al Borobudur, el paciente guía Budi, con el que terminé teniendo muy buena relación, nos llevó por toda la isla, visitando los principales monumentos, incluso los más lejanos, aquellos en los que el paisaje, boscoso, volcánico o de las impresionantes terrazas de cultivo, se manifestaba con toda su fuerza. 
Algunas partes de este recorrido están descritas en otro reportaje de este blog: https://entrela42ylaquinta.blogspot.com/2017/08/el-dibujo-mas-lejano.html.

Tras haber recorrido todas las pasarelas, recuerdo haber llegado a la cima, empapados en sudor y jadeando. Buscando una sombra donde fuera, para sentarnos y beber agua sin control. Budi nos dio tiempo libre suficiente para reponernos y poder pasear por la cima sin prisas. Estaba muy concurrida de turistas, principalmente japoneses, haciéndose fotos y mirando los budas dentro de cada estupa por los agujeros. Cada vez había más gente, cosa que no entendía pues era un día normal de semana, y serían las 11,00h aprox. 

Al cabo media hora iniciamos la bajada, pero recuerdo una visión que me dejó parado: la impresionante relación con el paisaje llamado "el Jardín de Java", desde la escalera del eje Este del Borobudur. En esa visión se hacían evidentes todas las leyendas de la antigua laguna sobre la que se asentaba el Borobudur, a la vez que su extraña forma, su misterio. Hice fotos, pero ninguna presentable, pues la columna de gente subiendo por la escalera, con paraguas abiertos para protegerse del sol, era interminable y arruinaría cualquier foto, además, desde atrás, me empujaban pues había otra columna de gente para bajar por la misma escalera y estábamos metidos en aquella cola. A esas horas era imposible la visita, pues las riadas de gente que llegaba al monumento eran impresionantes. Finalmente, de los cientos de fotos que hay en la red, he encontrado una en la website, de la que desconozco el autor y que servirá para ilustrar este epílogo.



Pasados los días, y tras un intenso recorrido por Java, nos desplazamos a Bali. Una isla maravillosa que hace honor a su fama, con playas de ensueño, templos coloristas increíbles, algunos de ellos llenos de monos ... pero su historia quizás la cuente algún día.

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