sábado, 29 de septiembre de 2018

¡¡ Justiniano, Carolus ¡¡ ... ¿qué habéis hecho con mis columnas de pórfido?

Ravenna Felix
Estación de Trenitalia de Ravenna (Foto Nacho SM)

No recuerdo desde cuando quiero venir a Ravenna, probablemente desde 1981, cuando inicie los estudios de Arte, que pronto abandoné y que retomé hace poco. Gala Placidia se convirtió en un mito femenino, como Cecilia Metela en Roma, Zenobia en Palmyra ... pero siempre a través de la arquitectura, no de la historia. Pero ahora, maltrecho, cojeando, y old men (en muchos sitios hay descuento para los mayores de 60 años) pude realizar ese antiguo sueño, y disfrutar a placer de todos los monumentos.


Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)
Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)
Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

Qué bien se está aquí ...hace una noche tranquila, silenciosa, cálida y sin apenas gente. En cualquiera de estas terrazas de la piazza, tomando una birra (cerveza) delante del Baptisterio Arriano, bajo la tenue luz que capta el color marrón de la piedra ambientando el espacio, apetece comenzar una historia. Una historia que se me ocurrió a mediodía, y cuyo protagonista será Teodorico el Grande. Arranca a finales del s.V. 

Aunque el suelo original esté un metro más bajo que el actual, no me imaginaba tan pequeño este baptisterio. Una construcción humilde, austera, en ladrillo, pero increíble por dentro, cuya finalidad era el Bautismo según el rito arriano. Hay otro edificio muy parecido, a poca distancia de aquí, el Baptisterio Neoniano, también llamado de los Ortodoxos. Es unos 50 años más antiguo y está mejor conservado.
Los vimos esta tarde, hace unas cuatro horas ...


Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)
Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

Cómo cambian los ambientes del día a la noche. La arquitectura se percibe de forma diferente. El día es más didáctico, y con la luz se aprende de Arte e Historia. Se ven las cosas. Pero, en cambio, la noche es más imaginativa y la historia pasa a ser más sensitiva, enriqueciéndose desde la visión personal, la fantasía y la opinión que surge entre los dibujos de la espuma del café cappuccino o los de la birra, al mirar a las sombras del monumento, a las piedras gastadas ... al cielo estrellado.

Lo primero que me llamó la atención fue la controversia entre el Cristianismo Ortodoxo y el Arriano. Este debate, que hoy se me antoja inútil, estéril y en buena forma estúpido, provocó no pocas guerras, sufrimiento, divisiones y muertes, estando presente en la vida cotidiana de los primeros siglos del Cristianismo. La sociedad de Ravenna estaba dividida entre ambas doctrinas, por lo que se construyeron los dos baptisterios. 

El asunto, en términos generales, era muy simple. El Cristianismo Ortodoxo promulgaba que Dios era una Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, mientras que el Arrianismo, no era trinitario y afirmaba que Jesucristo, como Hijo de Dios, fue creado en un tiempo concreto y para la misión concreta de salvar a la Humanidad, y por tanto estaba subordinado al Padre. Esta doctrina fue predicada por Arrio, un presbítero de Alejandría (250-335 d.C.), y por ello fue declarado hereje en el Primer Concilio de Nicea (325), exonerado en el Primer Sínodo de Tiro (335,) y nuevamente declarado hereje en el Primer Concilio de Constantinopla (381). El debate tuvo una gran trascendencia religiosa durante el s.IV, y como es de suponer dividió a creyentes, monjes, obispos y emperadores, sumidos en sesudas disquisiciones, afectando incluso a las tribus bárbaras, convertidas al Cristianismo, que convivían con los romanos en los limes del Rin y el Danubio, perdurando entre ellos, y sus reyes, hasta bien avanzado el s.VII.


Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

El Baptisterio es una construcción muraria de planta octogonal y cuatro pequeños ábsides semicirculares, bajo una imposta de piedra que recorre todo su perímetro. De ella arrancan ventanales en cada cara, rematados en arco de medio punto. El volumen general es monolítico, detectándose arcos de ladrillo de descarga empotrados y restos de lo que fue la Basílica del Espíritu Santo, Hagia Anastasis, a las que se adosaba. Su aspecto y la pericia constructiva en su obra de albañilería indican que, en origen, tuvo algún tipo de revestimiento exterior. Su cubierta es octogonal con limatesas a base de muros y arcos de descarga, que a su vez soportan una gran cúpula interior, que desde afuera no se aprecia. 

Cúpula del Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

Una vez que entras, la cúpula se te cae encima. Un bellísimo mosaico semiesférico, perfectamente delimitado y conservado, con la escena del Bautismo de Cristo, destaca policromado y brillante, sobre un fondo dorado. Una obra maestra del arte musivario bizantino que te deja sin respiración, y te invita a girar mirando hacia arriba, hasta encontrar la mejor visión, los menores reflejos y la mejor fotografía. No se puede usar flash por lo que es muy difícil hacer fotografías, sobre todo sin llevar trípode. 


Cúpula del Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

En una primera lectura vemos la escena central del Bautismo de Cristo en el río Jordán. Lo recibe de Juan el Bautista, que está sobre la orilla y vestido con una piel de felino. Al otro lado tenemos al río Jordan, asociado iconográficamente a un anciano, con capa griega, como figura mitológica alegórica. Jesús es un joven de tipo apolíneo, imberbe y desnudo, y está sumergido hasta la ingle. La representación de las aguas del río, dejando entrever por transparencia la anatomía de Jesús, es una maravilla de la técnica universal del mosaico. Sobre la cabeza de Jesús vemos la paloma del Espíritu Santo derramando agua con su pico. La escena está rodeada de una orla en espigas.


Cúpula del Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

Los Doce Apóstoles, nimbados y sin identificar están separados por palmeras datileras. Van vestidos con túnicas blancas y llevan coronas de martirio en las manos. Circundan la escena central, en procesión, tras San Pedro y San Pablo, que están situados a cada lado de una Cruz enjoyada, situada sobre un trono, que tiene un cojín de tela púrpura. Es el Trono donde se sentará Cristo en el Juicio Final. Pedro sostiene las llaves del cielo y tiene nimbo blanco sobre su cabeza, mientras que Pablo sostiene los Rollos de la Ley y tiene nimbo azul, como sucesor del Papa. 

El centro geométrico exacto de la cúpula es el ombligo de Cristo, que junto a su cabeza, la paloma del Espíritu Santo, y la Cruz entre Pedro y Pablo definen con exactitud un eje solar  Este-Oeste, posición que ocupaba el sacerdote en el ritual del bautismo del Baptisterio. 


Cúpula del Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)
Cúpula del Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

La esmerada ejecución con teselas de pequeño formato, producen un sorprendente realismo. El fondo, o campo, es de teselas doradas cuyo brillo se realza con la poca luz que entra por los ventanales, y con los proyectores de cañón de luz, que han discretamente ubicados en el proyecto de Iluminación. Se alternan tonos fríos y cálidos de luz, para que se vean con la máxima naturalidad los colores del mosaico, sin deslumbrar ni crear brillos artificiales. Antiguamente, el programa decorativo musivario llegaba hasta el suelo, pero a nuestro tiempo solo ha llegado el revestimiento de mosaicos de la cúpula. 

El Baptisterio Arriano fue construido por Teodorico el Grande, Rey de los Ostrogodos, entre el 493 y el 526, y forma parte del conjunto de Monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por UNESCO desde 1996. 


Cúpula del Baptisterio Arriano, Ravenna (Foto Nacho SM)

Théodoric

Para conocer a Teodorico el Grande (454-526), uno de los gobernantes más poderosos de su tiempo, hay que conocer antes a su pueblo: los Ostrogodos. Junto a los Visigodos, componen el grupo étnico de los Godos, un pueblo de origen escandinavo con cultura propia, que formó parte de la primera oleada de migraciones de pueblos bárbaros, desde el s.IV al s.VII. Los Godos se fueron estableciendo a lo largo del limes del río Danubio, donde convivieron sin mayores problemas con el mundo romano. No solo mantuvieron buenas relaciones comerciales, integrándose incluso como legionarios en las "Aguilas", también se fueron convirtiendo al Cristianismo, practicando la doctrina arriana, predominante en aquellas latitudes. 

Empujados por los Hunos, que eran bastante salvajes, tuvieron que pedir asilo en el Imperio Romano, siéndoles permitido establecerse, a la mayor parte de ellos, en la Tracia romana que ocupaba parte de Grecia, Turquía y Bulgaria. En este desplazamiento demográfico surge la división entre Ostrogodos, que permanecieron al norte del Danubio, y Visigodos que pasaron a las tierras del Imperio Romano.

Explotados por las duras exigencias del emperador Valente, y reducidos a la miseria por los tracios romanos, especuladores y traficantes de todo lo habido y por haber, los visigodos se rebelaron plantando batalla en el año 378 en Adrianópolis, en la que murió el emperador Valente. Años después y liderados por Alarico se fueron trasladando hacia Italia, hasta llegar a Roma en el año 410, con las consecuencias que ya conocemos.

Por otro lado, los Ostrogodos, repartidos entre las orillas norte y sur del Danubio, eran un pueblo disperso y superviviente en tierras desoladas, sin territorio fijo, que se fue aglutinando en torno al liderazgo de la dinastía que terminó eligiendo como rey a Teodorico, en el año 474. Tenía veinte años de edad.


Theodoricus Rex

De niño había sido llevado como "rehén" por 10 años, a la corte de Constantinopla. Era una forma de garantizar el cumplimiento de los acuerdos entre el Imperio y los Ostrogodos, Pero allí, en vez de estar en régimen de cautividad, gozó de total libertad y de la mejor educación grecolatina, en igualdad de condiciones y codeándose con los hijos de las élites romanas. Pero a los 18 años, y cuando las tramas políticas y religiosas se complicaron en Constantinopla, desembocando en el fulminante ascenso del ambicioso Zenón el Isáurico a la corona imperial de Oriente, que alteró todos los equilibrios políticos y tratados con los godos, Teodorico regresó a los Montes Cárpatos, a orillas del río Danubio, con su pueblo.

En previsión de males mayores y dadas las complejas relaciones con Zenón, el joven Teodorico, tras varios conflictos armados con otras facciones ostrogodas, que favorecían al nuevo emperador, a base de diplomacia y buenos consejos, logró reunir un ejército con todas las tribus de Godos de los Balcanes, formado por 20.000 guerreros. Finalmente, con el objetivo cumplido, y tras la muerte de su padre, fue nombrado Rey de los Ostrogodos. Con este ejército, bien organizado y pertrechado, se presentó en las puertas de Constantinopla el año 486. La intención de este asedio no era tomar la ciudad, la quería demasiado, si no llegar a un gran acuerdo con Zenón para reconocer al pueblo ostrogodo, y acabar con la penuria y marginalidad de su explotado pueblo en el limes del Danubio. El Emperador tenía poder político y religioso, pero carecía de los efectivos de defensa suficientes para detener al ejército comandado por el Rey Teodorico.

San Apolinar Nuevo

Si nos emocionó el Baptisterio Arriano y dio para abundantes comentarios en la cena, sobre los que fuimos hilando esta historia, la Basílica de San Apolinar Nuevo, construida a la vez que el Baptisterio Arriano, es de esos monumentos en los que su interior, impresiona por su espacio y la calidad de sus mosaicos. Otras consideraciones, como haberla estudiado hacía pocos meses en la UNED, contribuyeron a incrementar la emoción de recorrerla. 

Por fuera no transmite lo que tuvo que ser cuando nuestro Teodorico el Grande la inauguró el año 505, con todo lujo y calidad de materiales, como Iglesia Palatina, anexa a su grandioso palacio, e Iglesia Arriana dedicada a Jesucristo Salvador (en el s.IX le cambiaron a la advocación de San Apolinar). Hoy refleja esa mezcla de expolios, reconstrucciones, recortes del original y añadidos posteriores en diferentes estilos, padecidos a lo largo de los 1.500 años que han pasado. Asimismo la transformación de Iglesia Palatina arriana a católica, desde Justiniano, supuso cambios importantes en su organización funcional y decoración musivaria: sus mosaicos sufrieron amputaciones y modificaciones. Una imagen que es común en prácticamente todo el Patrimonio Arquitectónico italiano, y que tanto nos gusta hoy, como turistas.

San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)
San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

Cuando Teodorico se establece en Ravenna, fundando el Reino Ostrogodo, de credo cristiano arriano y vocación arquitectónica claramente tardorromana, inicia un amplio programa urbanístico y constructivo, que transformó la ciudad, y del que estamos desgranando los ejemplos que han llegado hasta hoy, con mayor o menor grado de integridad. Le cambió hasta el nombre a la ciudad, pasando a llamarse Ravenna Felix.

San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

San Apolinar Nuevo, es una iglesia bizantina que sigue el modelo tipológico arquitectónico paleocristiano de Santa Sabina de Roma del s.V, que para mi sigue siendo insuperable. Su exterior está construido con ladrillo romano visto y cubierta a dos aguas. Presenta contrafuertes frontales en los extremos, y en su centro una composición rectangular de una ventana geminada, o bífora, de arcos de medio punto rodeados por un alfiz, y otras dos pequeñas ventanas superiores de tipo hastial. A su lado derecho y exento, un gran campanile cilíndrico de ladrillo con nueve pisos y ventanas crecientes en altura (monóforas, bífiras y tríforas), construido en los s.IX/X, singulariza el conjunto y actúa como hito visual de referencia en el paisaje urbano de la ciudad.

El edificio tiene planta basilical rectangular, de 42 x 21 mt, con nártex exterior de mármol blanco, y cubierta a un agua, apoyada sobre cuatro arcos de medio punto, aunque en la actualidad se ha extendido con tres arcos más. La nave central es de anchura doble que las dos naves laterales, y su techo interior, cuyo original mostraba una estructura vista de cerchas de madera a dos aguas, es actualmente un artesonado plano de casetones. 

El presbiterio, definido por un gran arco de triunfo, está más elevado y limitado por un pequeño iconostasio de canceles y barroteras de mármol blanco, que separan el espacio sagrado del espacio de los fieles. Tiene un ábside semicircular rematado con cúpula de horno, antiguamente revestida de bellísimos mosaicos de estilo bizantino, homólogos a los vistos en el Baptisterio Arriano, pero irreconocible en espacio y decoración en la actualidad. La nave central es mucho más alta para permitir la apertura de huecos de iluminación, o claristorio, en los muros de los arcos formeros soportados por columnas. En ellos se desarrolla el extraordinario programa musivario.

Muro del Evangelio. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

Las 24 grandes columnas de mármol, muestran un bellísimo y gastado veteado, y están reforzadas en algunas zonas. Tienen bases y capiteles del tipo corintio bizantino, más evolucionado y disponen de un gran cimacio donde se talla en bajorrelieve la cruz latina. Sobre el cimacio cargan los arcos de medio punto formando arquivoltas de pequeño relieve, y con casetones cuadrados en el intradós de los arcos. En los espacios triangulares de las enjutas se representan círculos con bustos pintados de santos y santas. 

El programa iconográfico de mosaicos, en los muros de la nave central, está dividido en dos grandes registros horizontales, separados por una franja tricolor bajo las ventanas: azul, roja y amarilla, con una linea longitudinal de grecas. El registro superior está, a su vez, subdividido en otros dos registros horizontales, mientras que, verticalmente, está dividido en calles según la modulación de los ventanales del claristorio. 

El registro superior o más alto presenta escenas de la vida de Jesucristo sobre los arcos de las ventanas. Están desarrolladas con máximo realismo y virtuosismo en la técnica de ejecución del mosaico, pero su descripción y análisis serían imposibles abordar en este reportaje. En los entrepaños se muestran conchas orladas con espirales y palomas, sobre un cielo azul, a ambos lados de una Cruz, que hace de pináculo. El registro central, entre las ventanas, presenta Santos y Profetas, nimbados y barbados, vestidos idénticos, con túnicas cuyos pliegues están sombreados a fin de dar volumen a las figuras, pisando un jardín celestial sobre un fondo dorado. 

Mosaico del Puerto de Classe. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

Los temas iconográficos descriptivos principales se desarrollan en el primer registro horizontal, entre la imposta superior de los arcos de medio punto y la franja inferior de la base de los ventanales del claristorio. Es un mosaico de relato continuo, que se lee desde la puerta hasta el altar. Es por tanto lineal, dinámico, y no tiene divisiones verticales.

El muro izquierdo, o del Evangelio, se inicia con una imagen del antiguo Puerto de Classe, el puerto marítimo de la ciudad de Ravenna y el mayor del Mar Adriático en tiempos del Rey Teodorico. Se ven tres barcos entrando en el puerto, señalado por las dos torres de la bocana, los muros del espigón y la ciudad en lo alto, con una diversidad de edificios públicos que evidencian una clara influencia de las arquitecturas tardorromanas. Sobre la gran puerta de entrada a la ciudad, a la derecha, se lee la inscripción "CIVI CLASSIS".

Muro del Evangelio. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)
A continuación de la Puerta de la Ciudad de Classe, viene una Procesión de 22 Vírgenes, en posición frontal, nimbadas y con repetición de gestos, posturas y vestuario de túnicas bordadas y velos blancos. Llevan en sus manos coronas de martirio y están separadas, entre si, por pequeños elementos vegetales de carácter ornamental. Sus cuerpos giran levemente hacia la izquierda, un movimiento que se acusa llevando las coronas de martirio en esa misma dirección. El fondo es de campos verdes y dorados ... un espacio indefinido, celestial.
 
Muro del Evangelio. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

La procesión, que sale de la ciudad de Classe, va encabezada por los Reyes Magos, que se dirigen prestos a adorar a Jesús Niño, como final de la composición musivaria, que acaba contra el arco de triunfo del espacio del presbiterio.

Escena de la Epifanía. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

Escena de la Epifanía. Los Reyes Magos, por orden: Melchor, Gaspar y Baltasar, tal como figura en la inscripción superior, caminan con sus regalos guiados por la Estrella de Belén. Destaca el dinamismo de la escena, como se aprecia en el movimiento de los Reyes y la riqueza y diferencia del suntuoso vestuario. Entre los Reyes, únicos personajes no nimbados en todo el muro del Evangelio, hay un fondo de palmeras cargadas de dátiles, así como un campo de flores entre sus piernas. La Virgen y el Niño, sentados en Majestad, están rodeados por parejas de ángeles, sobre un fondo neutro, celestial y dorado.

San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

Un merecido descanso nos permite observar con calma el conjunto del muro y sus mosaicos, que tantas veces hemos visto, y estudiado, en los libros de Arte.

Muro de la Epístola. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)
Muro de la Epístola. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

El Muro de la Epístola, mantiene las mismas leyes de composición y técnica musivaria, aunque cambia la secuencia narrativa del primer registro. Comienza con la representación abstracta del Palacio del Rey Teodorico, como puede verse por su inscripción "PALLATIUM" en el tímpano. 

El edificio, en perspectiva frontal, muestra pórticos simétricos de tres arcos sobre columnas de mármol blanco y capiteles de orden corintio, con una planta superior de ventanas geminadas. En el centro tiene un gran pórtico tetrástilo de tres arcos con frontón clásico, y tímpano con fondo dorado. El Palacio muestra una cubierta a dos aguas, de tégula romana en perspectiva. Sobre ella, y a lo lejos, se distingue un fondo urbano que representa la ciudad de Ravenna. Un magnifico mosaico.

Palacio del Rey Teodorico. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nimh-Wikipedia)

Entre las columnas, y a la altura de los capiteles, se han representado unos bellos cortinajes blancos colgados y plegados, con bordes y motas doradas sobre un fondo casi negro. Se trata de una modificación bizantina posterior, con motivo de la prohibición del credo arriano por herejía, realizada para ocultar los personajes iniciales que aparecían en los intercolumnios, y que con seguridad eran el Rey Teodorico, su esposa real y miembros políticos y religiosos de la corte.

Como en su muro opuesto, una procesión de 26 santos y mártires nimbados, y vestidos con túnicas blancas idénticas, con tratamiento de pliegues curvados en volumen, portan palmas y coronas de martirio, y se dirigen detrás de San Martín, con túnica púrpur, caminando sobre un jardín celestial con fondo dorado, hacia el extremo opuesto, en dirección al presbiterio. En posición casi frontal, sus cuerpos acusan un delicado giro hacia la derecha, un movimiento que se acusa llevando las coronas de martirio en esa misma dirección.

Muro de la Epístola. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

En origen, el Rey Teodorico y su corte salían en procesión del Palacio llevando ofrendas al Salvador, sentado en el trono, en Majestad, y rodeado de dos parejas de ángeles, en una composición idéntica a la de la Virgen y el Niño, del muro opuesto.

Muro de la Epístola. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

El mosaico de la procesión real, encabezada por el Rey Teodorico y su corte, para adorar a Jesucristo en Majestad, fue modificado tras la coronación de Justiniano el año 527, y la aplicación de la condena por herejía del arrianismo y de todos los personajes vinculados a este credo. Como consecuencia se aplicó una damnatio memoriae, y fueron suprimidas todas las imágenes del rey ostrogodo.

Presbiterio. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)
Presbiterio. San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)

Apenas miré para el presbiterio y el ábside barroco, del que no queda nada de la construcción original arriana. Pero sí me parecieron interesantes los canceles originales bizantinos, de motivos vegetales y geométricos que actúan de iconostasio, y sobre todo las cuatro columnas de pórfido y sus capiteles de mármol, que delimitan el primer altar y que son restos de la arquitectura original arriana, si no de este edificio, de otros del tiempo del Rey Teodorico, y que fueron desmantelados y destruidos, en los acontecimientos posteriores a la muerte del rey ostrogodo, y desde tiempos de Justiniano hasta Carlomagno.

San Apolinar Nuevo, Ravenna (Foto Nacho SM)
Teodorico el Grande, Rey de los Ostrogodos

La ocupación de Italia por los bárbaros fue completa, y en el año 476, el hérulo Odoacro se erigió como máximo dirigente de Roma al deponer al último emperador del Imperio de Occidente, el joven niño de 10 años Rómulo Augusto, al que perdonó la vida, enviándole exiliado a la Campania. Con este acto se autoproclamó Rey de Roma.

Ante estos hechos, que suponían la desaparición del Orden Romano en Occidente, los acuerdos llegaron rápido. Zenón favoreció a Teodorico nombrándole Patricio y Magister Militum, le dedicó una estatua ecuestre en Constantinopla, y le dió luz verde para enviarle al mando de su ejército, y en su representación, para atacar a Odoacro, expulsarlo de Roma y recuperar Italia. Si lo lograba, le coronaría Rey de Italia, y le permitiría instalar allí a su pueblo y a sus anchas.

Teodorico, al mando de su ejército, y su pueblo, al que se fueron añadiendo más grupos de pueblos bárbaros, hasta llegar a Italia casi 300.000 personas entre soldados, mujeres, niños, ancianos, además de ganado, carretas de enseres, suministros, etc, emprendió la lenta marcha hacia Occidente, que no estuvo exenta de dificultades. 

Como breve resumen diremos que la primera batalla victoriosa fue el año 489 en Aquilea, y Odoacro tuvo que retirarse, primeramente hasta Verona. Pocas semanas más tarde fue nuevamente vencido y tuvo que refugiarse en Ravenna, que al tener puerto de mar, favorecía el suministro por barco a los Hérulos.

Tras un largo asedio, Teodorico y Odoacro alcanzaron un acuerdo el año 492, por el que se repartirían Italia. El Pacto se celebró un año después con un gran banquete. Pero Teodorico lo tenía claro, y dispuesto a acabar a la vez con el perro y con la rabia, con sus propias manos estranguló a Odoacro en pleno festejo. Sus generales ostrogodos hicieron lo mismo con sus homólogos hérulos, y en esta "fiesta de sangre" se acabó todo: Teodorico quedó como rey único de Italia, con el apoyo de Constantinopla, fijando, residencia y sede en Ravenna, como capital floreciente del Reino Ostrogodo. Teodorico el Grande reinó en paz y prosperidad durante 33 años, reconstruyendo las estructuras hidráulicas romanas destruidas, la agricultura abandonada, y los pueblos destruidos, restableciendo la economía y la legislación. Odoacro había dejado "tierra quemada" .

Hombre inteligente, con visión de futuro y gran capacidad diplomática, estableció numerosas alianzas con otros pueblos bárbaros, muchas de ellas matrimoniales entre miembros de su propia familia, creando una confederación de reinos germanos a escala europea. Fue el único rey, de origen bárbaro, que asimiló el concepto romano de organización instituciunal, administrativa y política.

Palacio de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

El centro del Reino Ostrogodo, que era como decir la capital de Europa, fue Ravenna, ciudad que embelleció y transformó construyendo las infraestructuras necesarias: agua, saneamiento, calles, etc, y numerosos edificios, de los que estamos analizando solo unos pocos. Reconstruyó lo que pudo en Roma, ciudad que admiraba al igual que su cultura. Su reinado fue largo y próspero mientras vivió, pero a los problemas de sucesión se añadieron los surgidos en el Imperio de Oriente.

Palacio de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Cuando paseas por la calle Roma, en Ravenna, te encuentras con los restos de lo que fue una parte de su Palacio Real. Unos historiadores dicen que es un añadido posterior al Palacio, otros que esta extraña ruina, con muros de ladrillo, con galerías ciegas y columnas de mármol, es lo único que queda del Palacio original de Teodorico el Grande. Está en la misma finca que la Iglesia Palatina de San Apolinar Nuevo, que acabamos de ver, ocupando la manzana completa, y en ella, por el suelo de los jardines, hay innumerables restos rotos imposibles de identificar.

Un edificio que debió de ser imponente y sin igual, como se puede deducir a la vista del mosaico de San Apolinar, que hemos visto. Dicen las historiadoras especialistas Stefanía Salti y Renata Venturini, que su diseño siguió el modelo del Palacio de Constantino sobre el Bósforo, en  Constantinopla, y el del Palacio Real de Diocleciano en Spalato (Split, Croacia). Edificios de estilo romano bizantino, austeros en su exterior pero impresionantes por su arquitectura abovedada interior, lujo, calidad y belleza de sus pavimentos, columnas de mármol y pórfido, el material más deseado por su dureza y color púrpura ... y por sus mosaicos.

Palacio de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)
Palacio de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)


Solo queda una triste crujía de una construcción irreconocible pero llena de misterio, con extraños añadidos posteriores y restos murarios desmoronados, y esparcidos por los lacónicos y solitarios jardines, que siempre me encontré cerrados. Nadie se imagina lo que pudo ser esta maravilla de la arquitectura. Me atraen estas construcciones, mudas testigos de la Historia ... contribuyen a engrandecer el mito de Teodorico, un mito que yo quiero contribuir a engrandecer y reconocer en su justa medida.


Palacio de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Teodorico el Grande falleció el 30 de Agosto del año 526, a los 72 años de edad, dejando un impresionante reino que comprendía buena parte de lo que había sido el Imperio Romano Occidental, hoy Europa, como una sociedad organizada, próspera y de culto cristiano arriano ( sigo sin comprender ese absurdo debate trinitario). Un territorio recuperado por el Imperio Romano Oriental, apenas diez años después de su muerte, por Justiniano, coronado en Constantinopla el año 527, el cual no tenía ninguna simpatía por Teodorico, y acabó con el Reino Ostrogodo, y también con el culto arriano para imponer el catolicismo, modificando y alterando sus monumentos, borrando sus huellas heréticas por damnatio memoriae, y aprovechando los mejores materiales de su arquitectura para las nuevas grandes obras de Ravenna, como harían otros después.

Mausoleo de Teodorico

Seis años antes de su muerte, Teodorico construyó su tumba, una impresionante construcción en roca caliza de Istria, columnas de pórfido, y con numerosas esculturas. La única que nos queda, aunque muy mutilada, de la arquitectura funeraria ostrogoda.

Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Un largo paseo hasta las afueras de Ravenna, nos lleva al paraje idílico donde está el Mausoleo de Teodorico. Antiguamente fue necrópolis de los Ostrogodos, pegada al puerto de Ravenna, posteriormente, y al ser abandonado el lugar tras el Edicto de Justiniano del año 561, quedó como una zona pantanosa inundable, por su proximidad al mar. Al tener un nivel freático muy alto, los terrenos se han drenado y saneado, siendo hoy un precioso parque arqueológico. 

Como podréis imaginar poco duró el enterramiento del rey en su flamante tumba, cuyo cadáver desapareció sin dejar rastro ... hay leyendas de todo tipo sobre la desaparición, más o menos fantasiosas: que si fue una intervención de Dios, que si se lo llevó el diablo en forma de un caballo negro, que si se lo llevó Odín en su caballo blanco al paraíso de los Bárbaros, que si se lo llevaron los monjes de un monasterio próximo para destruir su cuerpo herético y borrar así las huellas de un presumible envenenamiento, etc, etc.

Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)
Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

El paseo de acercamiento es un placer y una lección de una arquitectura que se va leyendo desde la distancia, de menos a más, hasta tocar el monumento: la integración con su entorno paisajístico, organización de volúmenes y características generales. Es como me gusta ver la Arquitectura. El Mausoleo, de 16 mt de altura, tiene dos plantas de distinta altura, la planta baja está dedicada a funciones ceremoniales o funerarias de tipo litúrgico, y la primera dedicada al enterramiento. Su color blanco es debido a la piedra caliza de Istria, Llamada Aurisina Fiorita, utilizada como material único de construcción, una roca marmórea de poca porosidad, presencia fósil de microorganismos y gran pureza.

Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Quizás en su forma general cilíndrica, Teodorico quiso emular otros monumentos funerarios de su admirada Roma: el Mausoleo de Cecilia Metela en la Vía Apia, el Mausoleo de Augusto, el de Adriano ... o quizás no, queriendo dar la imagen de una arquitectura austera, dura, poderosa, como era el pueblo ostrogodo, y como era él mismo.

La planta baja es decagonal, 10 lados. En el centro de cada lado hay un gran nicho rematado en arco de medio punto y una cornisa imposta recorre el arranque de los arcos por todo el perímetro. Se aprecia el uso de grandes sillares de caliza de Istria, perfectamente tallados a cara vista y sin juntas, colocados en seco, y según la técnica constructiva  llamada anathyrosis, en la que se pulían los bordes vistos, y los de los bordes que iban a estar en contacto entre sí, dejando rebajado, ligeramente ahuecado y sin pulir el interior de cada sillar, para colocar con grapas internas de atado. Una técnica ya trabajada en el Antiguo Egipto, generalizada en Grecia y perfeccionada en el mundo romano.

Detalle de construcción del Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

La observación más cercana nos muestra una depurada técnica en el tallado perfecto de los sillares de caliza (opus quadratum) ajustándolos exactos al ángulo de las esquinas de su base decagonal. También destaca la técnica del "engatillado", o encajes en "Z" de las dovelas que componen los arcos de medio punto. Una ejecución técnica brillante, perfecta en la obra de sillería, y concebida para quedar vista sin otro material de revestimiento. La construcción como expresión estética y única de la arquitectura. El acceso al interior es a través de una puerta adintelada, que originalmente era de bronce y que fue sustraída para ser utilizada en otros edificios.

Bóveda baja. Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

El espacio interior es una cella circular, y tiene casi 6 mt de altura máxima, con sus paramentos perfectamente pulidos, abriéndose cuatro grandes nichos que conforman una planta en cruz griega, lo que nos da un espesor máximo de los muros de 5 mt  y de algo más de 2 mt en los fondos de los nichos. Sus techos son de bóveda de cañón, formando bóveda de arista en el cruce central. Un espacio desnudo, sin decoración alguna, en que los sillares están cortados según las necesidades de ajuste en seco de las bóvedas. Los nichos pudieron estar destinados para alojar sarcófagos de miembros de la familia de Teodorico, urnas funerarias u ofrendas diversas.


Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)
Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

La planta alta es sensiblemente decagonal, al igual que la baja, aunque se percibe como circular. La diferencia de espesor del muro exterior es debida al actual corredor perimetral, que antiguamente era una loggia, o pórtico con bellísimas y esbeltas columnas de pórfido, desaparecido por haber sido desmantelado, presumiblemente por los bizantinos y los carolingios, al igual que hicieron con otros monumentos civiles ostrogodos tras la muerte de Teodorico y la declaración del arrianismo como herejía, para ser reaprovechados en otras construcciones de su interés. Hoy se ven con claridad las huellas de este pórtico desaparecido.

Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

En el centro de la planta alta podemos ver un magnífico sarcófago de pórfido rojo, con forma ovalada de bañera, y altorrelieves de argollas de sujección y cabezas de león. Se cree que allí reposó el cuerpo de Teodorico

Sarcófago de Teodorico. Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)
Sarcófago. Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Sobre él y en el eje vertical de la cúpula del techo, se fijó una gran cruz griega de bronce, con incrustación de gemas y piedras preciosas. Está orientada Este-Oeste y centrada en un gran clípeo, de la que solo queda su huella.

Cruz griega. Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Pero lo más llamativo y singular de esta imponente construcción es su cubierta: un gran bloque de piedra en forma de casco guerrero, que parece una cúpula rebajada de una sola pieza de roca Aurisina de caliza blanca de Istria. Tiene 11 mt de diámetro, 1 mt de espesor, y un peso estimado de 300 toneladas. Esta gigantesca pieza monolítica, que fue trasladada por mar desde la costa de Istria, dispone de 12 grandes asaderos, o espolones rectangulares utilizados para levantarla, pasando cuerdas fijadas a grandes poleas por sus agujeros, cuestión que no debió de ser nada sencilla técnicamente, y de la que no existen precedentes de la época. Una vez colocada sobre el tambor cilíndrico de la construcción, estos asaderos fueron utilizados como bases para las estatuas de bronce de los Doce Apóstoles. Sus nombres están grabados en cada una de ellas.

En principio, parece que eran el único motivo escultórico figurativo del edificio, aunque a la vista de una base soporte existente en la clave de la cúpula, no se descarta una gran escultura honorífica de Teodorico en el pináculo, posiblemente una estatua ecuestre del monarca ostrogodo.Todas las esculturas de bronce, al igual que las dos puertas de entrada de cada planta, del mismo material han desaparecido.

Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

La planta superior de enterramiento está coronada por tres tambores consecutivos, claramente diferenciados que se elevan más de 2 mt: el primero es liso, y servía como apoyo y remate de la cubierta plana de la loggia o pórtico desmantelado y perdido; el segundo, más alto, también es liso y cilíndrico, mostrando una sillería con aparejo regular de piezas colocadas en seco, y dispone de perforaciones de ventilación e iluminación litúrgica interna, en forma de cruz griega de cuatro brazos iguales o de mínimas ventanas en arco, que debían de producir un sugestivo efecto lumínico en el interior; y el tercero, más sobresaliente a modo de alero sobre el que apoya la cúpula, tiene un gran friso o banda perimetral decorada con rectángulos en bajorrelieve con 9 símbolos geométricos en forma de tenazas con cabezas circulares, cuyo significado se desconoce, pero cuya iconografía se relaciona con la orfebrería ostrogoda.


Banda perimetral. Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)
Banda perimetral. Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Hay varias hipótesis sobre cómo era originalmente el Mausoleo de Teodorico. A pie de monumento, en los paneles explicativos, se desarrollan varias propuestas, unas influidas por los diferentes estilos históricos o por los tipos de restauración científica, y otros atendiendo a la lógica constructiva , y también al curso de la historia ...

Reconstrucción ideal del Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)
Reconstrucción ideal del Mausoleo de Teodorico, Ravenna (Foto Nacho SM)

Yo me quedo con la lógica constructiva de los restos del expolio posterior al Edicto de Justiniano del año 561, tal como se propone en la maqueta de la reconstrucción ideal del Museo Nacional de Ravenna, que viene a coincidir con la primera propuesta de la izquierda dibujada en el panel explicativo, y con las huellas dejadas por el curso de los acontecimientos. La planta superior tenía una loggia o pórtico cubierto con finas y esbeltas columnillas de pórfido púrpura, como material de contraste ante el monolitismo de los grandes sillares de piedra de Istria y la rotundidad de la geometría decagonal del monumento. Una construcción esmerada y virtuosa, desde el punto de vista técnico y también formal, diseñada por unos arquitectos que de bárbaros no tenían nada. 

Bárbaros o barbari, como los llamaban los bizantinos católicos, fueron por orden de importancia los siguientes: el primero Justiniano destrozando la arquitectura, pavimentos y mosaicos que hemos visto, que, hipotéticamente según mi opinión, acabaron en la grandiosa Iglesia bizantina de San Vital de Ravenna; y finalmente Carlomagno. 

El Rey y Emperador carolingio obtuvo permiso del Papa Adriano I, en un intercambio de favores, para arrancar columnas, mármoles, pavimentos, mosaicos y puertas de bronce del Palacio y Mausoleo de Teodorico el Grande, para construir su propio Palacio y Capilla Palatina en Aquisgrán, que hoy despiertan admiración en especialistas y turistas que lo visitan. Su arquitecto Eudes de Metz eligió los mejores materiales y elementos arquitectónicos, terminando de expoliar y desnudar la arquitectura ostrogoda de Ravenna para dejarla como hoy la vemos y que, incluso así, ha sido reconocida y declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1996.

Teodorico el Grande

La Damnatio Memoriae aplicada por Justiniano sobre Teodorico y el culto arriano, caló entre el pueblo en la Edad Media. Hoy pueden leerse terribles leyendas sobre el rey ostrogodo, pero también ha pasado a los relieves en las fachadas de las grandes basílicas posteriores como la de San Zenón en Verona (San Zeno Maggiore) donde se casaron Romeo y Julieta. En la portada se ve un hermoso relieve del s.XII, de una escena de la caza de un ciervo, por Teodorico en su caballo, símbolo del demonio en la leyenda.

Basílica de San Zenón, Verona (Foto Nacho SM)
Basílica de San Zenón, Verona (Foto Nacho SM)
Basílica de San Zenón, Verona (Foto Nacho SM)



En el bajorrelieve vemos Teodorico, montando un caballo diabólico negro al trote, persiguiendo un venado. La leyenda dice que se precipita cayendo en el cráter de Vulcano, ardiendo en el fuego destructor del inframundo. Es su final.

En un deleznable ejercicio de adoctrinamiento y lavado de cerebro, los responsables católicos practicaron unos agujeros con trépano, en el mármol, para introducir azufre en los huecos. En la Edad Media las mujeres de Verona llevaban a sus hijos más rebeldes a rozarse con las piedra para sentir así el fuerte olor del azufre, del mal ...el olor del diablo. Se aprecia el importante desgaste del mármol tras la infame práctica secular.

Basílica de San Zenón, Verona (Foto Fiorella Simoni)

Entre todos: bizantinos, católicos, francos y carolingios, han apagado la estrella de Teodorico, el gran rey del Reino Ostrogodo que trajo la paz y prosperidad a una Europa asolada por las guerras, el constructor de ciudades, de templos y fastuosos edificios de hermosos mármoles, mosaicos y columnas de pórfido, el guía de su pueblo de mujeres, hombres, niños y ancianos que buscaban ser felices en un mundo mejor y más justo, pero ha dejado una profunda huella entre los sabios de su tiempo. El mito ha ido creciendo, transmitiéndose siglo a siglo, y ha llegado hasta nuestros días.

"... y Sleipnir, el caballo gris de ocho patas, el mejor de los caballos, el caballo de Odín, Wotan, dios de la Sabiduría, la Guerra y la Muerte que nos ve desde el Trono de los Nueve Mundos, montado por la valquiria recogió el einherjer, el espíritu del Rey Teodorico para llevarlo a los campos de Valhalla, donde tiene lugar el banquete eterno entre los dioses y los hombres hasta que, guiados por Odín, Wotan, llegue el día de la Batalla del Fin del Mundo, el Ragnarök."

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