lunes, 20 de agosto de 2018

El primer carajillo en el Dindurra

Carajillos en la terraza del Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

- Mientras os acomodáis voy adentro a hacer un par de fotos.
- Pero ¿No hiciste ya bastantes?...
- No, me faltan algunos detalles. Pedirme un carajillo bien cargado.
...................................

- O sea ¿les sirvo a los señores 6 carajillos?
- No, 5 carajillos con nata y un agua sin gas fría
- No espera, yo cambio el carajillo por un capuchino de avellana con dibujos de chocolate
- ¿De avellana?... no lo había visto nunca ¿Cómo es eso de los dibujos?
- Sí, y lo quiero con descafeinado y de cafetera.
- Y yo poco cargado de cognac.
- Ya empezamos con el lío, pues con descafeinado para todos, y bien cargados de cognac, que es viernes y hay que celebrarlo. Mira que lo complicáis... ¿lo ha entendido bien?
- Perfectamente señores: 4 carajillos de descafeinado con nata bien cargados, un agua y un capucchino de avellana con dibujos marchando.
- Eso se llama "Latte Art"¿lo sabíais?. Los dibujos se pueden hacer con crema de leche, con canela o con chocolate, y es típico de Verona en Italia.

La noche estaba ideal. Como dice un amigo mío "a cero grados", es decir ni frío ni calor ni aire ni nada. Y en la terraza del Dindurra, con todas las mesas ocupadas, alguien tocando un acordeón, la gente paseando tranquilamente por el Paseo de Begoña, y viendo el luminoso interior Art Déco del Café, se estaba genial.


Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)
Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)


Yo prefería estar dentro, disfrutando de la arquitectura del local como hago muchas veces, pero fuera se estaba muy agradable, cosa rara en Asturias. La cálida luz anaranjada del interior producía un efecto precioso, como si los vidrios tuvieran ese tono. Pero si te acercas a la fachada, la intriga es mayor porque descubres una impresionante decoración interior Art Déco, que no te imaginabas. 

Para quienes lo conocemos no tiene tanta novedad, aunque yo cada vez que voy me sorprendo por algún matiz en el que no había reparado. Pero a los de fuera, a los turistas, les admira e inevitablemente, les obliga a entrar a mirar. Luego se quedan a tomar algo y más de uno hace fotos. Yo siempre voy a la barra, y me gusta observar la cara que ponen mirando (y admirando) la decoración del local. 
Tal es el poder del exquisito estilo Art Déco, del buen interiorismo, de la buena arquitectura.


Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)
Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

El Dindurra lleva 117 años de actividad como Café, siendo escenario de tertulias y encuentros de las élites culturales y burguesas del Gijón de principios del s.XX pues se inauguró en 1901. A lo largo del siglo, generación tras generación, ha sido testigo de la historia de la ciudad, una seña de identidad y una de sus obras arquitectónicas más reconocidas, singulares y logradas. Aquella burguesía, próspera y acomodada del contexto provinciano, gustaba de una arquitectura rica en ornamentación, con cuidados detalles, a veces excesivos, que caían en una mezcla de Eclecticismo y "buen gusto" que evolucionó hacia el Modernismo con la entrada del siglo.

El Café Dindurra, en el Paseo de Begoña esquina con c/Covadonga, formó parte del grupo de los grandes cafés de Gijón, que se ubicaban en las calles principales de la ciudad, pero destacando por su diseño entre todos ellos. Pero con el tiempo y el progreso fueron desapareciendo uno tras de otro, sobre todo en la segunda mitad del siglo, hasta quedar solamente el Dindurra como único gran "cafetón" de la ciudad y de Asturias.

Pero en Noviembre de 2013, debido a un cúmulo de circunstancias: el fallecimiento de la propietaria, la severa crisis económica, el cansancio en la explotación, etc, tuvo que cerrar sus puertas, generando una auténtica conmoción en la ciudad que veía cómo se perdía un trozo de su historia. El último gran café de Gijón, testigo mudo de un siglo y lugar de encuentro de parroquianos y foráneos apagaba sus luces para siempre. 

Solo nos damos cuenta de la importancia de las cosas cuando las perdemos. Son nuestras referencias, nuestras coordenadas de la vida, nuestro lugar en el espacio y el tiempo. A partir de aquel día el recuerdo de las antiguas tazas de cristal acampanadas de café, que hoy llamamos "vintage", los butacones de skay, las mesas de mármol, las sillas y percheros Thonet de madera con listones curvados, el techo déco que siempre terminabas mirándolo hipnotizado como si fuera el firmamento celeste, el ambiente decadente y acogedor del viejo Dindurra... su pérdida se hacía insoportable. 

El revuelo mediático en la prensa local fue inmediato, había que rehabilitar el café, que tras un siglo de uso intensivo, se había quedado anticuado, con servicios obsoletos, maltrecho y con su decoración desfigurada por la impericia de sus horteras y consecutivas manos de pintura. Había que recuperarlo según su estado original, pero con todos los servicios e instalaciones actualizadas y modernas. Pero su renovación suponía una inversión multimillonaria y la intervención de un equipo técnico experimentado.

Pero como la buena arquitectura resiste y puede con todo, incluso el último día, aún transmitía su diseño vanguardista y su singularidad. Además, superando la tediosa y larga burocracia y los trámites urbanísticos, se había conseguido incluir en la lista de Monumentos Patrimonio de la Ciudad. El Dindurra era un Monumento. 


Café Dindurra al cierre en 2013. (Foto: wordpress. com)

La importancia de saber donde estás

Lo bueno de la célebre frase de Napoleón ante las Piramides de Giza; " Soldados, 40 siglos os contemplan", es que te hace contextualizar lo que ves, analizar el lugar, estudiar su historia y contarla con interés, porque cuando lo haces con conocimiento, la pones en valor. En el caso de una obra de estas características: diseño interior y arquitectura, con más motivo por parte de este humilde cuentacuentos. Estar en una cafetería de 117 años de antigüedad te hace mirar este espacio único, el único que queda de esta categoría, con especial cariño y admiración, porque es una obra de arte.

Todo empezó a principios del s. XX en que Manuel Sánchez Dindurra, un rico empresario local que construyó medio Gijón: decenas de edificios de viviendas, dos teatros, el Paseo del Muro, etc, un brillante hombre de negocios, emprendedor y audaz, un "echado palante" como se dice en lenguaje coloquial, que todo lo que tocaba se convertía en oro, se embarcó en 1898 en la empresa de construir un nuevo y moderno teatro para Gijón, bajo el dictado de la moda de los tiempos. Para ello encargó el proyecto al arquitecto Mariano Marín Magallón, el de más prestigio del momento. Con su noble acción quiso dejar su huella como prócer de Gijón, y así nació el Teatro Dindurra. 

Construido en tiempo récord se inauguró en 1899, y dos años después, en 1901, D. Manuel encarga al mismo arquitecto el local de la cafetería. Tenía que ser moderna, elegante, señorial y estar comunicada con el gran lobby del teatro para el alterne entreactos, pero también debía de tener explotación y funcionamiento independiente el resto del tiempo en que no había funciones teatrales. Columnas historiadas de fundición, según la moda y el gusto ecléctico de la época, sustentaban un entramado bidireccional de vigas descolgadas y decoradas con tracería de escayola, como base de un artesonado con vaciado central circular y cóncavo, combinando entonados colores pastel.


El Primer Café Dindurra 1901-1931 (Fuente: El Comercio)

Treinta años después, en 1931, se acomete una profunda remodelación. El proyecto y la dirección de la obra se encarga a Manuel del Busto, el arquitecto más famoso de la ciudad. El local había quedado obsoleto en decoración, mobiliario, instalaciones y maquinaria. Del Busto le da un nuevo aire bajo una rigurosa y académica estética vanguardista Art Déco de clara influencia alemana y norteamericana. Un estilo o movimiento popular de arquitectura, diseño interior, diseño gráfico, industrial, artes decorativas, etc, inspirado en las primeras vanguardias del s.XX: constructivismo, cubismo, futurismo, racionalismo, Bauhaus... todo ello mezclado e influido por la estética de la arquitectura y las artes suntuarias de los recientes descubrimientos del Antiguo Egipto, que estaban causando furor en Europa y Estados Unidos (la Tumba de Tutankamon fue descubierta en 1922). 

El nuevo estilo se extendió por el mundo en las décadas 20s, 30s y 40s. 
Para llevar a cabo el comprometido diseño y obra, Del Busto cuenta con los mejores especialistas en interiorismo de la ciudad, destacando el espectacular falso techo de escayola realizado por el artesano local Pepín Morán

El Café Dindurra tomó su configuración actual convirtiéndose en el mejor café de Gijón y uno de los mejores de España. Un bellísimo espacio interior lleno de exquisitos detalles y paradigma del mejor Art Déco español. Y así se mantuvo durante 82 años. 

Con los bombardeos de la Guerra Civil el Teatro Dindurra quedó destruido. Pero una vez finalizadas las hostilidades se reconstruyó completamente, pasando a llamarse Teatro Jovellanos. El Café Dindurra resistió los ataques, no obstante fue necesaria su reparación, manteniéndose su configuración y comunicación con el lobby del nuevo teatro.


Teatro Jovellanos y Café Dindurra en la esquina (Foto: Nacho SM)
Teatro Jovellanos y Café Dindurra en la esquina (Foto: Epdlp.com)

El Café se fue adaptando al paso de los años, sobreviviendo a las sucesivas crisis, con la Familia Nosti en todo momento al frente del negocio, con momentos mejores y peores en su oferta hostelera, renovando su maquinaria y aplicando el mantenimiento normal de todas las cafeterías. Finalmente sus instalaciones quedaron obsoletas y, tras vicisitudes insalvables el negocio se vio abocado al cierre. 

En cuanto al local, los colores originales y los motivos ornamentales fueron despareciendo paulatinamente o degradándose, fruto de la falta de atención, la rutina del uso, impericia y desconocimiento en las sucesivas manos de pintura, como se ve en la foto de color de más arriba, quizás por eso es mejor ver el Dindurra del cierre definitivo, en la espléndida foto nostálgica de Luis Argüelles, en blanco y negro.


El Café Dindurra antes del cierre en 2013 (Foto: Luis Argüelles)

En manos del mejor equipo técnico

Las obras de remodelación y modernización se acometieron bajo Proyecto y Dirección de Obra del Arquitecto Antonio Fernández Morán (Gijón 1963) y el Interiorista Decorador José Antonio Menéndez Hevia (Oviedo 1938), más conocido como José Antonio Diher, una autoridad reconocida en el mundo del interiorismo nacional de vanguardia del último tercio del s.XX con una larga experiencia de obras señeras en Asturias y otras regiones de España. Ambos contaron con el asesoramiento del Historiador especialista en Art Déco y en la obra del Arquitecto Manuel del Busto, Héctor Blanco González (Mieres 1970). La explotación y construcción del nuevo Dindurra corrió al cargo del Grupo Gavia.


Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

Desde el exterior a través de las ventanas, y sobre todo de noche (observar al autor reflejado en el vidrio), se descubre la fantástica decoración interior con la combinación de colores y luces, directas e indirectas, que ambientan el espacio. Nos da así una idea global que nos permitirá apreciar el detalle cuando estemos dentro.


Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)
Entrada al Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

La carpintería original de ventanas de guillotina y portería de entrada, se han restaurado conservando su forma y modulaciones. No obstante la intervención principal se produce en la franja de dinteles que separa las cristaleras superiores. En dicha franja se sitúa la iluminación a base de modernos apliques proyectores de rayo superior y haz de luz inferior, y la estructura de toldos de protección de cristaleras a la luz solar sur. 

Especial tratamiento tiene el toldo casi vertical sobre la puerta de entrada de color gris oscuro, en el que está impreso en color blanco el nombre del local, con el grafismo típico déco del diseño original y que también está ejecutado en altorrelieve, en el antepecho del chaflán, como se puede ver en las fotos iniciales. Se lee en conjunto con el rótulo luminoso "CAFE", asimismo histórico y que ha sido restaurado. 

Con forma semicircular y rodeándolos, se ha superpuesto un sutil perfil autoportante de aluminio que aloja una iluminación lineal oculta de leds. Una ingeniosa solución que veremos en el interior, marcando una línea de luz sobre la curvatura de la barra.

Un vistazo antes de tomar algo


Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)
Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

Las cuatro columnas centrales junto a las dos semicolumnas que soportan la estructura del altillo, son junto con el techo, los elementos principales de la arquitectura de la sala, y asumida esa condición por los autores de la restauración, estos determinaron diseñar con mimo hasta el último detalle, tanto en sus acabados como en su iluminación. Destaca su revestimiento con pan de oro para ennoblecer al máximo su protagonismo espacial y formal, como unidades de diseño principales del espacio.


Base de las columnas. (Foto: Nacho SM)

Las bases de las columnas son octogonales de mármol negro pulido y canteado, y se las dotó de una sutil iluminación inferior, de óculos empotrados y orientada hacia arriba a fin de dar volumen al relieve de las acanaladuras y realzar el fuste de las columnas.


Columnas y Semicolumnas. (Fotos: Nacho SM)

Las columnas, disponen de doble capitel: el más bajo es palmiforme, es decir con acanaladuras marcando las hojas de palma. El segundo capitel, en contacto con el techo, es campaniforme, imitando la flor de loto abierta y es completamente liso y de acusada forma conoidal. La forma exacta de la columna tiene como primer referente una de las obras más singulares del arquitecto alemán Hans Poelzig, el Gran Teatro Grosses Schauspielhaus (Berlín 1919, demolido en 1988). Conocimiento bien por viajes, o a través de publicaciones de la época, que tuvo el arquitecto Manuel Del Busto a la hora de diseñar el Dindurra.


Columnas y Semicolumnas. (Fotos: Nacho SM)


Desde el altillo se tiene una visión más próxima de los capiteles, apreciándose una dimensión aparente mayor. Sobre el primer capitel de acanaladuras palmiformes, y oculta a la vista, se dispone una iluminación superior proyectada hacia la curvatura conoide del segundo capitel campaniforme y completamente liso, produciendo un bellísimo efecto de luz, brillos y cambio de color hacia los rojos en el pan de oro, y que afecta a los primeros círculos concéntricos escalonados del impresionante artesonado o techo artístico de escayola.


Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

De esta manera, con el cuidado juego de formas, texturas, colores y luces, la columna se expresa como una unidad de diseño que, por repetición, define y personaliza el espacio interior. Un puro estilismo déco, preferentemente norteamericano, que es gustoso de inspirarse en las esbeltas formas conoidales para fuentes ornamentales, diseños de lámparas y luminarias para apliques. También vemos remates conoidales invertidos en la Torre Chrysler de New York, y más atrás en el tiempo las vemos en las columnas de capiteles palmiformes y campaniformes de papiro abierto, de la arquitectura egipcia ptolemaica. Una lección de arte y de historia, en la que la abstracción de sus formas nos lleva a soluciones que inspiraron el Art Déco.


Columnas y techo del Café Dindurra de Gijón. (Foto: Rosa Fernández)

El artesonado de escayola, o falso techo decorativo del Dindurra, es una obra prodigiosa. Una muestra del mejor oficio del arte ornamental de cielos rasos en escayola, que nace de la comprensión de la estructura columnada (cuatro columnas y dos semicolumnas), de la retícula de vigas del artesonado previo a la intervención del año 1931, y de la geometría del espacio del local. En ella cabe destacar la configuración del altillo en la tercera crujía, como tribuna mirador del espectáculo artístico de columnas y techos.


Columnas y artesonado del techo (Foto: Nacho SM)
Semicolumnas, artesonado del techo y miradores del altillo . (Foto: Nacho SM)
Columnas y techo del Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

En cada columna y sobre el segundo capitel conoidal se plantea una pequeña pieza de remate y entrega al techo, llamada caveto o antequino recto, asimismo en pan de oro, cuyo diámetro llega a igualar el del capitel palmiforme inferior buscando una coherencia de dimensiones. Esta pieza es una evolución del ábaco clásico de los órdenes dórico y jónico. Sobre él apoya el conjunto del artesonado propiamente dicho, diferenciando con su color ocre claro su identidad arquitectónica. 

Esta compuesto por los siguientes grupos formales:
1) Sobre cada columna descargan cuatro tambores cilíndricos concéntricos con la mínima altura suficiente para crear un relieve escalonado en el techo. Con esta solución plástica se crea un efecto dinámico de movimiento que atrapa inmediatamente la vista del espectador, y una sensación visual, por asociación de formas, de que el capitel conoidal aumenta su tamaño. De esta manera la columna se integra con el artesonado del techo, expandiéndose y prolongándose a través de la familia de curvas circulares homólogas, como si fuesen olas, creando un campo topográfico de relieves geométricos de gran movimiento.


Café Dindurra de Gijón. (Foto: Nacho SM)

2) Sobre estos y en una cota más elevada tenemos la estructura reticular, en dos direcciones, de los ejes de las columnas. Se trata del entramado de vigas descolgadas del forjado de la planta primera del edificio (techo del local) que servía de base al artesonado ornamental de techos, en el diseño del café de 1901. Se trata de una cuadrícula que tiene una calle de ancho lineal constante y predeterminado (viga+suplemento para paso de instalación eléctrica+revestimiento). En los cruces tenemos las columnas, y rodeando el escalonamiento circular de sus capiteles, esta calle se transforma en una corona circular o anillo. Esta red es, en realidad, el plano base de los techos, su "cota cero" de construcción, y refleja su independencia plástica con un tono de color más oscuro. Es clave identificar este trazado para comprender la composición geométrica del artesonado del techo.


Vista desde el altillo. (Foto: Nacho SM)

3) Capiteles de columnas y calles del artesonado dejan en su intersección unos grandes casetones o espacios vacíos poligonales, que llegan hasta el fondo del forjado de techo. En los espacios centrales entre columnas tienen cuatro lados curvos. En las esquinas del local tienen un lado curvo, y en el centro de cada lado del borde tienen dos lados curvos. Los arcos de circunferencia son debidos al anillo que bordea los capiteles. 

Para remarcar sus bordes se ha ejecutado una moldura de cuatro escalones homólogos a los de los capiteles y enfrentada a ellos, con el mismo descuelgue y color. Esta moldura va bordeando la calle central descrita en el párrafo anterior. Pero en el interior del vaciado se prolonga con otros tres escalones, pero de huella un poco mayor, para acentuar el volumen del artesonado, y su profundidad, hasta alcanzar la cota más alta del techo del local. La última moldura aloja una iluminación oculta de leds, de color cambiante, que se proyecta rasante con el techo en los grandes huecos vacíos.

Columnas y artesonado de techo. (Foto: Nacho SM)

Su color blanco refleja la luz recibida convirtiéndola en una retroiluminación, y los casetones poligonales vacíos de lados rectos y curvos, se convierten en grandes pantallas de luz, como ventanas abiertas a un cielo desconocido y abstracto, al modo de las "skyspace" del artista norteamericano James Turrell. Esta ingeniosa solución pasa a ser la iluminación principal del local, aligera la masa del artesonado, ordena su geometría final y de noche produce un interesante efecto de contraluz.

Este concepto de espacio columnado, o Sala Hipóstila, está también presente en la Gran Sala de Trabajo del Edificio de Oficinas Johnson Wax (Wisconsin 1936) del Arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright, como referente en la configuración espacial del Dindurra, por sus esbeltas columnas y grandes capiteles conoidales, con la retroiluminación de los casetones del artesonado de techos.

Vista desde la barra. (Foto: Nacho SM)

Desde el centro de cada casetón cuelgan bolas luminosas hasta el plano de iluminación perimetral de los dinteles de huecos. Este plano de luz artificial, que hemos descrito más arriba, es constante en el local, y se sitúa a media altura, produciendo un confort lumínico ambiental. Se trata de unas grandes esferas de luz que modulan el espacio y que son armónicas con la geometría general al ajustarse a su ley.


Vista desde la barra. (Foto: Nacho SM)

Ubicado en mi rincón favorito de la barra, mientras tomo una cerveza bien fría, observo los múltiples detalles de la decoración déco, los grandes zócalos de madera con cornisa escalonada, los grabados, el mobiliario...


Esquina y detalles. (Foto: Nacho SM)

El pequeño vuelo en pecho de paloma del altillo, y el dentado del paramento que delimita sus miradores, Destaca su precioso color ocre.


Detalle de apliques murales Déco. (Foto: Nacho SM)
 Aplique mural Déco. (Foto: Nacho SM)

Los bellísimos y exquisitos apliques de luz mural de latón, colocados en perfecta simetría, y sus efectos de luz y sombra ...


Mural botellero de la contrabarra. (Foto: Nacho SM)

La contrabarra, siempre limpia y ordenada, con su mural botellero de fondo translúcido de alabastro, actúa como mural artístico perfecto ...


Pavimento. (Foto: Nacho SM)

Los suelos son los originales del café de 1931. Un diseño especial para el local, realizado en baldosa hidráulica. Un pavimento restaurado, cuyas piezas rotas o destruidas fueron reconstruidas y sustituidas por otras idénticas ...

Puerta de comunicación con el teatro. (Foto: Nacho SM)

La puerta de comunicación con el lobby del Teatro Jovellanos es la original restaurada. La cornisa escalonada con luz oculta que recorre el perímetro del local, sigue la línea de dinteles de huecos y del frontón  de la puerta, con los dobles aletones en "s"  que contienen el reloj y el rótulo "TEATRO" con diseño gráfico en caligrafía déco.


 Vista de la barra. (Foto: Nacho SM)

La barra es la original restaurada, y el quiebro mi rincón favorito. Desde allí veo todo lo contado hasta ahora, pero es el lugar ideal para admirar el ingenio de la luminaria lineal. 

En efecto, definida la arquitectura de las columnas y el artesonado de techos, colores e iluminación, queda por fijar el perímetro. En apoyo a la iluminación general se creó otra complementaria perimetral, en las paredes internas de las fachadas, oculta a la vista tras una cornisa o moldura. Esta define un plano de luz que se complementa a su vez con las esferas colgantes centrales de luz, a la misma altura. Este plano de luz tiene continuidad sobre la barra mediante una originalísima solución de diseño. Se trata de un perfil dentado de aluminio anodizado autoportante, que se despega de las paredes para seguir en voladizo la forma saliente de la barra. Hemos comentado al principio esta solución de iluminación sobre la puerta de entrada al café.

Perfil de aluminio con luces Leds. (Foto: Nacho SM)
Perfil de aluminio con luces Leds, volado sobre la barra. (Foto: Nacho SM)
Perfil de aluminio con luces Leds, en voladizo y
semicolumnas sin iluminación ambiental. (Foto: Nacho SM)

Confieso que he invertido mucho tiempo mirando este perfil de un extremo a otro, creyendo que descubriría alguna trampa, un tensor oculto, un sedal de pescador o algún artilugio oculto que sujetase el perfil dentado, pero nunca he visto nada para mi sorpresa y la de los camareros que me miraban con curiosidad. Y lo sigo haciendo cada vez que voy al Dindurra y me siento en mi esquina. Efectivamente está en voladizo... una opción valiente, atrevida, efectiva y novedosa de diseño, y que encaja con el ambiente déco del local. 

Por último, quiero destacar la calidad del espacio y del tratamiento de las columnas en pan de oro, su gran belleza, cuando están sin iluminación.
Pero es el momento de subir al altillo, a la Sala Platea, para ver cómo lo han resuelto y qué perspectiva se ve desde allá arriba.


Escalera de subida a la Sala Platea. (Foto: Nacho SM)

Estamos ante un nuevo lenguaje formal, no menos interesante y acertado. Los revestimientos generales del altillo: paredes y techo, que incluyen los de la propia escalera se han ejecutado en un único material: un exquisito estuco veneciano con pulido a la cera. Al tacto es absolutamente liso y parece vidrio, notándose el trabajo artesanal de la paleta y la espátula. 
Tiene un color ocre rojo, casi cobre, elegantísimo, cálido, intimista, también minimalista y está ejecutado con primor. Un revestimiento de una extraordinaria calidad, sin esquineros ni elementos disonantes y que arroja unos misteriosos reflejos cuando te acercas a él. Los rótulos, muy cuidados en todo el local, siguen la estética gráfica de la caligrafía déco.


Escalera de subida al altillo. (Foto: Nacho SM)
Escalera de subida al altillo. (Foto: Nacho SM)


La escalera, ejecutada en mármol gris oscuro, es otro ejemplo de pulcritud técnica y esmerada ejecución. La solución de empotrar la iluminación de seguridad en el zanquín lateral de la escalera, ha sido brillante y produce unos reflejos quebrados bellísimos.


Vestíbulo y puertas de aseos. (Foto: Nacho SM)

Un buen trabajo de interiorismo incluye también los aseos. Los grabados de las puertas siguen la geometría de escalonados lineales que se repiten en los paneles de madera de la planta baja del café. La signaléctica de sexos, a pesar de la abstracción de su diseño, obedece a la estética gráfica y no plantea problemas de identificación. A destacar el Perchero Thonet de la esquina, un destacado ejemplo del mobiliario déco y un clásico del diseño universal.  Recuerdo haber tenido uno en mi habitación del colegio mayor, y además de dibujarlo mil y una veces, siempre me pareció un diseño muy funcional y de formas fascinantes.


Sala Comedor Platea. (Foto: Nacho SM)
Sala Comedor Platea. (Foto: Nacho SM)

La Sala Platea es el comedor del restaurante, que tiene una excelente carta de tapas, carnes, pescados y mariscos a muy buen precio. El comedor está perfectamente amueblado y presentado con orden, elegancia y pulcritud. Entre sus elementos construidos en la intervención de interiorismo destaca el fantástico techo de estuco veneciano pulido a la cera, color ocre rojo, que aporta confort al espacio por su gran calidad pero también por su baja altura, además de curiosos brillos y reflejos que invitan a admirar de cerca el material y tocarlo. 

Asimismo es brillante la solución de la luminaria longitudinal curvada, que oculta la viga central de la última crujía en la que se conservan restauradas las columnas de fundición. Su iluminación corrida tenue, dirigida a cada lado de las columnas, equilibra la puntual de los apliques déco, situados en el centro de cada pilastra escalonada del antepecho mirador, y sus opuestos simétricos en el muro de fondo. La combinación de iluminaciones, y sus reflejos sobre el color ocre, producen un gran confort ambiental, necesario en un comedor acogedor como el que podemos disfrutar en una exquisita cena en la Sala Platea.

Sala Comedor Platea. (Foto: Nacho SM)
Vista desde el antepecho de la Sala Platea. (Foto: Nacho SM)


Si además elegimos una mesa pegada al antepecho mirador, disfrutaremos del panorama de su bellísima arquitectura, que cambia cada vez que modifican el color de los leds situados sobre los capiteles palmiformes ofreciendo nuevas y espectaculares miradas. 

- Qué maravilla el Dindurra ... tenemos que volver más veces...
- Sí, a un sitio tan especial como el Dindurra hay que volver siempre. Bueno, después de este rollo que os he soltado ¿qué os parece si levantamos anclas?
- Eso, vamos a tomar el último a otro sitio, que hace muy buena noche ...
- No se dice último, se dice el penúltimo. Voy a llevaros a otro sitio típico de carajillos en Gijón. Hay otros muchos, pero al que vamos a ir es el de más "solera"
- Uff ... no vamos a pegar ojo esta noche con tanto café.
- No te preocupes que son descafeinados y están cargados de cognac, jaja...
- Pues venga ...

El penúltimo carajillo en el Arca


El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)
El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)
El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)


El Arca de Noé, en el Barrio antiguo de Cimadevilla, está detrás del Museo Casa Natal de Jovellanos. Tiene fama desde 1977 de servir los mejores carajillos de Gijón... cuatro décadas que se dice pronto. El secreto no solo estaba en la excelente nata de una heladería próxima y en la riquísima canela, si no en el particular ambiente y su música, que incluía lo mejor del jazz, soul, blues, swing o ritmos afrocubanos.

El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)

Desde sus inicios era el sitio ideal para tomar una copa tranquila, un café, un carajillo, un irlandés... El local tenía sabor añejo, un encanto bohemio, intelectual y buen "rollo" intergeneracional. Su decoración, con fotografías antiguas de Gijón y de conocidos intérpretes de jazz de las décadas 40s y 50s, estaban colgadas en sus paredes de aire rústico, a modo de mosaico de recuerdos, como un archivo mural de imágenes con fuerte carga emocional y estética.


El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)

Ventanas balconeras con postigos de madera interiores, taburetes y sillas Thonet, estanterías de madera con libros y variopintos objetos antiguos, sin relación aparente entre si, completan la atmósfera del Arca como si fuera la memoria de la ciudad y de su tiempo. Pero repasemos: la dialéctica entre Memoria e Historia estaba en el centro del debate de la exposiciòn Documenta X (Kassel, Alemania, 1997) sobre las nuevas tendencias del arte contemporáneo.


El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)

A través del mosaico de fotografías, las paredes del Arca de Noé se convierten en álbumes de fotos, al igual que sucede en el "Atlas Mnemosyne" de Aby Warburg (1866-1929), intelectual, teórico, historiador de Arte y especialista en la influencia del paganismo en el Renacimiento Italiano. Se trata de una colección de 60 tablas de madera, con exposición desordenada, fragmentaria y de formatos desiguales de más de 2.000 fotos históricas que se presentan ante nosotros como fantasmas de otros tiempos. Su valor testimonial, como documento, es prioritario sobre las cualidades estéticas del arte convencional, elevando su categoría a auténtica vanguardia del Arte.


El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)
El Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)

Aceptando la paradoja como metodología de trabajo, podemos interpretar, según las directrices de Documenta, el interior del Arca como un centro de vanguardia artística, un espacio lúdico, un memorial y un polo cultural. Me hubiera encantado debatir estos asuntos del arte, de las fotos como archivo de la memoria y documento para la creación artística contemporánea con Warburg, sobre todo después de tomar un par de carajillos en el Arca de Noé ...

El Arca cerró el año pasado, pero a los pocos meses volvió a abrir. Sus nuevos dueños conservan el carácter que le dio prestigio y fama como lugar clásico de encuentros entre la intelectualidad de la ciudad y han mejorado la receta de los carajillos, aunque de vez en cuando se les estropee la cafetera. Pero qué se va a hacer, son cosas de los tiempos modernos.


Carajillos del Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)

- Oye, ¿qué es eso de Mnemosyne? ¿qué quiere decir?...
-Pues mira, en la mitología griega, Mnemosyne era la personificación de la memoria. Fue una Titánide, hija de Gea y Urano. Se dice que Zeus se unió a ella nueve noches consecutivas y así engendró a las Nueve Musas, inspiradoras de las artes, que nacieron en un parto múltiple.
- Qué guapa es la mitología griega ¿verdad?
-¿No os encanta este ambiente tipo Atlas Mnemosyne con todas estas fotos en la pared? ¿Os habéis fijado en esta foto de la célebre actuación de Louis Amstrong y Billie Holliday en ese tugurio lleno de humo?...Me recuerda al Arca de los años 80s... ¿Conocéis la canción? Es de los años felices del Art Déco, de cuando estaba de moda el Dindurra.
- Cómo me hubiera gustado vivir en aquellos años... Voy a decirle al camarero que nos la ponga.
- Por cierto ¿tomamos el último carajillo?


Fotos murales en el Arca de Noé. (Foto: Nacho SM)


Los autores del Dindurra



Las referencias

Sala de Trabajo Johnson Wax. Arquitecto Frank Lloyd Wright
(Foto: Charlie Wetherall- Runaway Trading)
Arquitecto Hans Poelzig. Teatro Grosses Schauspielhaus Berlin
Torre Chrysler NYC. Arquitecto William Van Alen
Capitele campaniforme y palmiforme. Templo Kom Ombo, Egipto
Atlas Mnemosyne. Aby Warburg

                                                                                                                                                                  

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